ACADEMIA DE 14 AGOSTO DE 2012

ACADEMIA DE  14 AGOSTO DE 2012
TURNO VESPERTINO

domingo, 28 de junio de 2015

 Las calendas griegas
León García Soler
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En Creta, como en toda Grecia, se formaron largas filas de personas que sacaron dinero de los cajeros automáticos en previsión de un posible corralito, como aquel que sufrieron los argentinos entre 2001 y 2002Foto Reuters
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os griegos empezaron a votar anticipadamente. Y los acreedores piden al premier Alexis Tsipras que acepte laoferta excepcionalmente generosa que le han hecho. François Hollande y Angela Merkel son los mensajeros del Olimpo, de la austeridad y ajustes de impuestos a los ciudadanos contemporáneos de la antigua Hélade. Dadivoso caballo a las puertas de Troya, el próximo 5 de julio decidirán los griegos en referendo si aceptan la generosidad de los acreedores.
Desconfía de los ricos y sus bancos portadores de obsequios, diría alguna Casandra de nuestros infelices tiempos. El 30 de junio Grecia tiene que pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI) aproximadamente mil 600 millones de euros y para hacerlo tendría que vaciar las arcas de su propio programa de rescate; dinero suyo bloqueado desde hace casi un año por los generosos guardianes de la Caja de Pandora; los que le dieron un plazo de 24 horas para responder y recibir más créditos a cambio de más austeras reformas. Estas propuestas, que claramente violan las reglas europeas y los derechos básicos al trabajo, la igualdad y dignidad, muestran que el propósito de algunos socios e instituciones no era un acuerdo viable para todas las partes, sino posiblemente la humillación de un pueblo entero, dijo Tsipras en el ágora electrónica.
Sus gobernados se adelantaron al referendo. En previsión a un corralitocomo el que aprisionó a los argentinos y les impidió retirar su dinero de los bancos, entidades de la globalidad neoliberal que ya habían enviado las reservas y depósitos en dólares a sus respectivas y extranjeras casas matrices, los griegos acudieron en masa a las ATM, las mudas maquinitas de las que se puede retirar el dinero de los depósitos propios. Y las vaciaron. No aceptaron mansamente el chantaje. No los convenció la extrema generosidad de los ricos preocupados por el incierto futuro del mundo del euro, de la Unión Europea misma, a la cual resolverán muy pronto los británicos si continúan integrados o se separan: una caída con efectos contrarios a la del muro que abrió el camino a la unidad alemana y la alianza con Francia que haría posible el portentoso castillo de naipes de la Unión Europea.
Los dueños del dinero y de los activos, del capital, son ricos porque su generosidad tiene el límite de lo rentable que pudiera ser. Se aferran al dogma neoconservador porque saben que no existe el mercado libre y que el flujo de capitales fija el rumbo de las economías de los que tienen menos y el de la política a los de arriba y los de abajo. En la Unión Europea los acreedores entendieron la respuesta del pueblo griego que dejó vacíos los bancos y, desde luego, se negaron a extender el tiempo al de rescate; vence el 30 de junio; el FMI y el Banco Mundial, el oro del euro, dijeron no. Por ahí circulan palabras del Ángel de la dependencia mexicana que desde el púlpito de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos parafrasean el gesto vano de José López Portillo ante la derrota:Ya nos saquearon. ¡No nos volverán a saquear!
Y sí, porque era tardío el gesto en defensa del Estado rector de nuestra economía. El corralito, nuestrocorralito, ya estaba vacío cuando el presidente López Portillo decidió cerrar las trancas. Hoy los capitales golondrinos dejan el nido mexicano y vuelan rumbo al extranjero, no de vuelta a casa, sino a poblar aquellos aleros con el dinero, con el capital acumulado aquí en los años felices de la desigualdad, la austeridad impuesta a los que menos tienen y los créditos fiscales garantizados a los que más tienen. Si algún despistado cree auténtico el disgusto de los ricos con el gobierno de Enrique Peña Nieto y las nebulosas políticas diseñadas y aplicadas por Luis Videgaray, sería seguramente por el neolenguaje del optimismo a la inversa en lo que llaman los intelectuales inorgánicos:narrativa. Del nuevo orden, del cambio sin rumbo, sin horizonte.
No es posible que en medio del llano en llamas se oigan los entusiastas discursos y conferencias de los jóvenes turcos de la segunda alternancia: hemos reducido en tantos más cuantos los mexicanos cautivos de la pobreza y el hambre, dicen. Y los informes oficiales, los documentos de instituciones del gobierno, autónomas o no, señalan claramente lo contrario: que en los últimos dos años más de 2 millones de mexicanos se sumaron a las decenas de millones cuyo ingreso, no puedo decir salario, no les alcanza para adquirir la canasta alimentaria. Esto es, se acuestan y se levantan con hambre. No se trata de negar logros en la inversión extranjera que vuelve al país. Ni de aferrarse al pesimismo. Pero es indispensable diseñar y aplicar una política de comunicación social, ajena al Mundo Feliz de Huxley; y sobre todo, una política social de Estado ajena al infantilismo de la democracia sin adjetivos.
En las calles y en las redes sociales de la tiránica instantaneidad reina la confusión. No toda puede achacarse a los mensajeros o al medio. Son los actores, son los que dispersó la danza, son los del bono generacional en busca de autor, o del narrador en torno a la hoguera capaz de convencer, de entretener, de convocar a la emulación de hazañas y héroes verdaderos. Nadie puede explicarse el caos anarquizante de los rebeldes de la Coordinadora en movilización perpetua, pésima parábola de la revolución permanente de León Trotsky. Cada marcha, cada concentración ante las puertas del poder, concluye en combates imaginarios con policías cuya respuesta consiste en imitar a los que ejercen el derecho de manifestarse: levantar las piedras que les arrojan y lanzarlas contra los docentes de la perpetua protesta.
Nada hay ya en la mesa del diálogo, dijo no hace mucho Miguel Ángel Osorio Chong. Y hubo tregua, como siempre, como si en verdad volvieran los de la 22 a Oaxaca para consultar a las bases. Pero han vuelto a las barricadas. Y a las sólidas mesas de abstractos debates. Al caos. Cierto, hubo evaluación y más de 80 por ciento de los maestros convocados asistió y fue evaluado. Luego las voces de las brujas de Macbeth; el monólogo del secretario Emilio Chuayffet, interrumpido por el poblano Javier Lozano, viva imagen del enano del tapanco. Y más vueltas a la noria. ¿Quién es el patrón? Cómo responder si en la farsa que se representa en todo el país nadie sabe si es borracho o cantinero.
Queda siempre el consuelo del espectáculo cortesano. Los viajes del presidente Peña Nieto al extranjero en visitas de Estado. Aunque nadie pueda atribuir a los jóvenes oligarcas de hoy comportamientos zafios o de pueblerinos despistados en la Corte de Saint James, como se hizo en el sexenio del arriba y adelante. Pero en lugar de citar al filósofo de Güemes, las apps electrónicas son lienzo para el jardín de las delicias, al amparo del anonimato; a salvo del ingenio proverbial con el que Hernán Cortés respondía a los agravios escritos en las paredes de su casa en Coyoacán:Muro blanco, papel de necios.
Un boletín de prensa, una intervención del vocero, así como el parte del médico militar: Peña Nieto había sido internado en el hospital y operado para removerle la vesícula biliar. Nada grave. Salvo la suspensión de la visita de Estado a Guatemala, a un encuentro con varios presidentes.Yo no estoy inválido ni tengo alguna incapacidad... fue oportuno y conveniente (para) estar listo para el próximo lunes.
Recibir mañana al rey de España y a la reina Letizia. No todo ha de ser lapsus o invocaciones metafísicas a la doma del hombre. A la mitad del camino empieza el retorno a Ítaca. O a Atlacomulco.

sábado, 27 de junio de 2015

Evaluación sí, comenzando por los altos mandos
 Quieren deshacerse de los maestros revoltosos
 Que evalúen a Carmen Salinas y Cuauhtémoc Blanco
Enrique Galván Ochoa
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ntes de las recientes elecciones, el gobierno anunció que los maestros no serían evaluados, no quería agravar el conflicto. Pasaron las elecciones y vuelve a la carga. Esta semana preguntamos a nuestros encuestados su opinión al respecto. Sus respuestas se muestran en la gráfica.
Metodología
Enviamos esta encuesta a las redes sociales Twitter y Facebook, así como a los buzones de correo de los integrantes de El Foro México. Participaron en total mil 591 personas, de las cuales mil 243 corresponden a El Foro, 291 a Facebook y 57 a Twitter. A continuación algunos comentarios.
Twitter
Contratar a alguien demanda que compruebes qué tan capacitado está, más, si debe instruir a alguien más.
@franciskius / Veracruz
¿Podrían evaluar a Carmen Salinas y a Cuauhtémoc Blanco? ¿Qué van a aportar con su capacidad? Sólo para empezar.
@mdfetal / Ciudad de México
Si la evaluación sirviera para ganar mejor sueldo, sí. Pero mejor que se evalúe a los dizque diputados y senadores y hasta a EPN.
@duenasdamian / ciudad de México
Las evaluaciones son buenas, se debería evaluar a los políticos que aspiran a un cargo de elección. Así sabríamos que al menos serán aptos.
@Rayas_Javier / Leon, Guanajuato
¿Y el resto de factores que inciden en la niñez y situación en general de las familias mexicanas?, ¿cuantos Méxicos tenemos?
@jugt63 / Morelia
Facebook
Que la evaluación a los profesores se realice después de evaluar al Presidente y a cada uno de los diputados y senadores de la ­República.
Luis Martín Ángeles / ciudad de México
Soy profesor en las prepas del GDF (IEMS), y nuestro modelo educativo (de clases, asesorías y tutorías) ya realiza evaluaciones con instrumentos propios, y nos oponemos a que nos impongan una evaluación ajena, desconocedora del modelo, y que además se use como método punitivo para callar nuestro reclamo al abandono presupuestal que se ha estado haciendo por parte del GDF y por su aplicación de outsourcing en muy malas condiciones al personal de intendencia.
Armando Islas / ciudad de México
Evaluación sí, para mejorar. No para acabar con los maestros democráticos. Si tanto les preocupa la educación, ¿por qué recortan más de 9 mil millones de pesos al gasto en ese rubro? Cínicos sinvergüenzas, lo que está atrás de este adefesio mal llamado reforma educativa es el fin de privatizar todo el sistema educativo nacional.
Virginia González / Puebla
La evaluación en educación debería empezar por los responsables del sistema; a los que toman las decisiones. Existen muchísimas inconsistencias en el sistema, empezando por la reforma educativa, que no ha planteado un proyecto nacional educativo actualizado ni acorde a las necesidades de las comunidades del país.
Luis Hernández / Toluca
Para poderlos evaluar primero hay que evaluar a la SEP y al gobierno federal, los programas educativos, su infraestructura, la situación social y económica de las comunidades, sobre todo rurales.
Hector Villegas Jauregui / Morelia
El Foro México
Los responsables de la educación básica no sólo son los maestros, es toda la estructura. Que se evalúe a todos. México necesita gente comprometida con la enseñanza, creo que se puede, pero quitando intereses partidistas; que eso sí, no permiten el desarrollo en esta área, y además tampoco se les evalúa.
Gabriel Alvarado / ciudad de México
Creo que nadie está contra la evaluación no sólo a los maestros, sino a todos los empleados públicos, pero que ésta sea justa y no sólo sea pretexto para correr a los que no son agachados.
Ma. de los Ángeles Hernández / Querétaro
Me queda claro que los maestros no se oponen a la evaluación. La evaluación debe ser integral, donde se privilegie la educación regionalizada, porque somos un país pluricultural, donde intervengan maestros… deben intervenir todos los actores para establecer el sistema educativo que se requiere en México para superar el rezago.
Reyna de la Cruz / Tijuana
Creo que a todos –todos es todos– se nos debería aplicar un examen, y éste debería dar a conocer el estado que guarda nuestra conciencia. Saber si estamos haciendo lo correcto para sacar a nuestro país de este hoyo en que se encuentra.
Sergio Durán / ciudad de México
La evaluación no puede ser única en un país donde hay enormes diferencias en costumbres, lengua, nivel de vida, etcétera. Deben ajustarse al medio socioeconómico donde enseñe el maestro. Pero el gobierno no lo va a hacer así, porque el propósito de la evaluación es político, a fin de excluir a maestros que no comulgan con el gobierno.
Francisco Correa Villalobos / ciudad de México
Twitter: @galvanochoa
FaceBook: galvanochoa
Suprema Corte y evaluación
Hugo Aboites*
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n 1927, al negar el amparo que interponía una casi niña, la Suprema Corte de Justicia estableció que un test era suficiente para determinar la capacidad mental de una persona y, con base en los resultados, ordenar su esterilización. A partir de esa decisión, durante décadas y hasta los años 70, en el estado de Virginia, Estados Unidos, se aplicó el binomio evaluación-esterilización a miles de jóvenes. A algunas se les dijo que la cirugía era sólo una apendicectomía y el magistrado Holmes justificaba estesacrificio menor apelando al bien superior de una patria que no quería verse inundada de débiles mentales(Ver: La medida de una nación, capítulos 9 y 5).
A pesar de que eso ocurrió hace casi un siglo y en otro país, son notorios los paralelismos. El más importante: la tendencia de estas instancias supremas a fincar las decisiones legales sobre supuestos tan profundamente cuestionables que acaban por dejar sin legitimidad y, por su atentado contra derechos humanos, hasta sin legalidad la formalidad de su decisión. A la distancia de casi un siglo y en otro país, es más fácil ver que la lógica jurídica puede ser impecable y, sin embargo, terriblemente errónea por la falta de crítica a los supuestos en que se funda. Esta miopía causa daños irreparables en miles de personas, y una cauda enorme de sufrimiento. En 1927, en Estados Unidos y, muchos años después, en 2015, en México, ambos episodios comparten la fe ciega de los juristas cuando se trata de exámenescientíficos e infalibles; el uso de los resultados para justificar medidas extremas, sea la esterilización o el despido, y la apelación a un bien etéreo y frecuentemente irreal (salvar la patria, asegurar la calidad educativa). De hecho, ni otros estados de la Unión Americana fue invadido por locos; ni el despido de miles será la solución para la educación.
El caso mexicano, paradójicamente, es el más devastador. Porque la decisión de la Suprema no sólo va a repercutir en las vidas de cientos de miles de maestros despedidos, separados o puestos en capilla, sino que invade de lleno y a profundidad cuestiones que tal vez no conocen bien los juristas, pero sí quienes trabajamos en el terreno de la educación. Precisamente por no (querer) conocer el contexto, los magistrados han tomado una decisión que, traducida en tesis sobre la evaluación, invita al oscurantismo.
La primera tesis, implícita, afirma que las evaluaciones son válidas e incuestionables. Porque así lo considera, es que puede afirmar rotundamente que son eficaces e indispensables para mejorar el sistema educativo (aunque muchos analistas muestran que eso no es cierto, como Elsie Rockwell en “Contradicciones de la evaluación del desempeño docente… evidencia cuantitativa”). La segunda tesis tiene que ver con lacalidad. La Corte prefiere ignorar que se trata de un término hueco, de difícil definición y con múltiples interpretaciones. A tal punto que la reforma incluye hasta cuatro definiciones distintas de calidad (en la Ley General Educación, 8, significacongruencia entre objetivos y metas; en la ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, 5, sólo redunda: es la cualidad de un sistema educativo; en el tercero constitucional aparece como mejoramiento constante, y la Ley General de Educación, 11, V, oscurece diciendo que una cosa es evaluar la calidad y otra distinta evaluar el desempeño y resultados del sistema educativo). Y claro, la Corte no toma en cuenta la definición amplia y generosa que contiene el artículo tercero original. Así, al presentar la Corte como incuestionable la ecuación evaluación=calidad, establece la tesis de que las evaluaciones pueden contribuir a algo (la calidad) que en realidad no se precisa qué es. La tercera tesis afirma que no es sólo evaluar: sin despido no hay calidad. La cuarta tesis afirma sorpresivamente que todo lo anterior no es cierto, pues la Corte acepta como bueno que en la Ley General de Educación (21), decenas o cientos de miles de maestros de escuelas privadas sean evaluados, pero sin la amenaza de despido; sólo los de escuelas públicas. Así, la ecuación evaluación=despido ya no parece ser tan cierta. La quinta tesis implica que no es necesario distinguir entre evaluación para despedir y evaluación para mejorar. Esta última consiste en un ejercicio colectivo de maestros, para crear el compromiso con el quehacer educativo y sinconsecuencias administrativas o laborales. Y esta versión de la evaluación está contenida en la nueva Ley General del Servicio Profesional Docente, 15, 16, 20, que tal vez la Corte no leyó entera. Hubieran tenido bases para llegar a un fallo distinto. Por eso la sexta implícita tesis que nos ofrece la Corte dice que cuando exista la opción entre una evaluación legal, orientada directamente a mejorar la educación y otra, hecha para castigar al educador, lo más recomendable es tomar esta última.
Y con eso, nos dice que en estos últimos 90 años no ha existido transformación alguna en el pensamiento educativo, y que tampoco muchos han generado una pedagogía de hombres y mujeres libres. Nos dice que la Corte estadunidense tenía razón, que no avanzamos, y nos regresa al siglo diecinueve.
*Rector de la UACM
Educación: la gran contradicción del gobierno
Enrique Calderón Alzati
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a supuesta reforma educativa impulsada por el actual gobierno vuelve a ser ahora un tema de discusión, de crítica y de resistencia social, en virtud de los zigzagueos y traspiés gubernamentales en torno al tema de las evaluaciones de los maestros. En realidad el fondo del problema de la educación está en otra parte: reside en una contradicción en la que el gobierno está envuelto, a querer o no.
Por un lado, están las presiones internacionales generadas por la necesidad de insertar a México en los mercados mundiales, lo cual implica necesariamente elevar los niveles de preparación de la población y en particular de los jóvenes, como un factor decisivo para la atracción y conservación de las inversiones externas más productivas; por el otro, están las pretensiones de los grupos en el poder, que requieren mantener a la mayor parte de la población en condiciones de ignorancia y sumisión para asegurar su control de la nación, sin recurrir a mayores niveles de violencia que sigan poniendo a México en la primeras páginas de periódicos alrededor del mundo.
El caso de Ayotzinapa, con el que el gobierno trató de enlodar a una escuela del sistema de normales rurales –con objeto de tener un pretexto para eliminar este sistema dedicado a la formación de maestros para las zonas rurales–, constituye un ejemplo de las intenciones del actual grupo en el poder y de la contradicción existente en sus políticas educativas.
El problema no es menor, las estrategias empleadas hasta ahora se les han revertido, pues por una parte en el propio sistema educativo existen elementos valiosos comprometidos con la educación, en permanente conflicto con las medidas instrumentadas por el grupo en el poder. Adicionalmente, es necesario reconocer que un altísimo número de profesores han dedicado su vida entera al quehacer educativo, respondiendo a los llamados para llevar la educación a los lugares más apartados e inhóspitos, conformando un proceso social único en la historia moderna del país, convirtiéndose en mensajeros del cambio, del conocimiento y de la cultura, que sin embargo ahora son colocados artificialmente como los responsables del fracaso educativo.
Cierto es que podemos encontrar entre los maestros a algunos menos comprometidos con la educación, oponiéndose también por razones personales a las actuales medidas instrumentadas como parte de la estrategia gubernamental de descrédito, pero ello no es el problema central, como algunos medios de comunicación desean hacerlo ver.
Durante varias décadas los sucesivos gobiernos de la República se engolosinaron presentando estadísticas sobre el gran crecimiento de la población escolar, confundiendo el crecimiento de la matrícula con el nivel y la calidad de la educación ofrecida, hasta que un día las decisiones económicas y políticas llevaron al gobierno a buscar la inserción de nuestro país en los mercados globales. Solicitaron la membresía a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aceptando para ello las condiciones de vigilancia y monitoreo de infraestructura y educación, reglamentarias del organismo, pensando seguramente que los resultados de tales evaluaciones serían positivos. No fue así, los resultados de la primera prueba de PISA, publicadas en 2002, constituyeron un baño de agua fría recibido por el gobierno, durante la gestión de Vicente Fox:
México aparecía en entre los últimos lugares de todos los países evaluados, haciendo ver la necesidad de un gran esfuerzo para mejorar sensiblemente aquellos penosos resultados, para lo cual se decidió aplicar a los estudiantes las pruebas de Enlace, las cuales se empezaron a realizar en todas las escuelas de educación primaria, secundaria y bachillerato del país, al mismo tiempo que se creaba un sistema de actualización de los profesores a cargo de los gobiernos estatales y de la Asociación Nacional de Universidades. El proyecto comenzó a dar buenos resultados en varios estados, que vieron subir sus puntajes a partir de 2009, especialmente en matemáticas; sin embargo, los esfuerzos y avances no se reflejaban en los resultados de las evaluaciones PISA llevadas a cabo por la OCDE, en virtud de que mientras México trabajaba, las otras naciones también, de manera que nuestro país continuaba en los últimos lugares.
Un elemento adicional que mostraban tanto las evaluaciones de la OCDE como las pruebas de Enlace era la ausencia de avance alguno en la comprensión del lenguaje y del conocimiento científico. El problema político crecía con el tiempo y para los grupos de poder que deseaban imponer un gobierno más afín a sus intereses que el PAN, era necesario encontrar a quien responsabilizar del desastre; de allí surgió la idea de presentar a los maestros como los principales culpables de la debacle y aprovechar de paso la situación para hacer a un lado a los gobiernos estatales que habían utilizado los recursos educativos como un botín para sus propios fines.
Los resultados de PISA y Enlace constituyeron así un instrumento efectivo para estigmatizar al magisterio, culpándolo de los vergonzosos resultados de las pruebas, que con todas sus fallas y limitaciones habían sido aplicadas durante la mayor parte del sexenio anterior. Sin embargo, lo que en realidad mostraban algunos análisis serios de los resultados eran las grandes fallas conceptuales del sistema educativo, así como las administrativas, tanto del gobierno federal, como de la mayor parte de los gobiernos estatales, haciendo ver la inequidad existente en la distribución de los recursos educativos, siempre adversa a las regiones más apartadas, o más pobres, así como la magnitud de los esfuerzos realizados por los maestros ubicados en alguno estados, donde los gobiernos locales estaban comprometidos a mejorar la educación (1).
La estrategia política del actual gobierno, de evaluar a los maestros como si ello fuese el único problema de la educación, constituye a la vez un grave error y un acto perverso, para continuar señalando a los maestros como los responsables del desastre educativo que vive el país, cuando las fallas fundamentales están en otras partes, incluyendo los modelos, esquemas y estrategias de enseñanza-aprendizaje, en los contenidos de los libros de texto, en la pésima y desigual distribución de los recursos para la educación, en la preparación y actualización de los maestros, en la brutal corrupción en el desvío de los recursos destinados a la operación y mantenimiento de las escuelas, en la actuación de los funcionarios responsables de las operaciones estatales y en las relaciones existentes entre la SEP y los altos líderes sindicales, los cuales no han sido sometidos a evaluación alguna, ni tocados con pétalos de rosas.
Por estas razones me propongo preparar algunos artículos que, además de publicar en La Jornada, estaré introduciendo en nuestro portalwww.galieo2.com.mx/comunidad para abrir un foro de discusión respecto de estos temas.
(1) Geografía de la educación media superior 2009 a 2012.Publicado por Tecnología Educativa Galileo, el cual está disponible para su descarga y lectura en la liga anterior
Twitter: @ecalderonalzat1
Facebook: Reflexiones en la educación por Enrique Calderón