El escándalo del acoso escolar
Luis Hernández Navarro
En abril de 2010, una madre y su hija de 13 años fueron raptadas al llegar a su casa en la colonia Vergel de Guadalupe, en Nezahualcóyotl. Horas después aparecieron ejecutadas. La menor tenía un tiro en la cabeza.
La joven se llamaba Ana Laura. Cursaba el segundo grado de la Telesecundaria 190. Era una de las mejores estudiantes del plantel. Abanderada de la escolta, se estaba preparando para un concurso sobre los personajes de la Independencia y la Revolución. El crimen conmocionó a la escuela.
Dos años y medio después, en septiembre de 2012, igualmente en Nezahualcóyotl, se prendieron las luces de alarma. Una ola de rumores en redes sociales sobre supuestos autos quemados, saqueos en negocios, irrupciones en las escuelas y personas golpeadas se difundió a través de las redes sociales, provocando pánico. En algunas primarias los maestros pidieron a los niños que se tiraran al suelo boca abajo.
Hechos como éstos no sólo suceden en Neza. Alumnos y maestros los viven cada día en muchos lugares del país. No son una excepción. En diversas localidades del territorio nacional hay un clima de inseguridad generalizado. Literalmente, se vive entre asaltos, balazos y expolios.
Las escuelas no están aisladas del resto de la sociedad. La violencia que se vive en el seno de las familias, en las calles y en los medios de comunicación electrónicos las atraviesa y afecta. Las pistolas y los cuchilos que llevan los alumnos a las aulas vienen de sus casas o de las calles. El homicidio de Ana Laura no fue responsabilidad ni de sus compañeros ni de los maestros, pero los marcó a todos. Desde ese día la Telesecundaria 190 ya no fue la misma.
La fuente de esta violencia está fuera de las aulas, no en su interior. En condiciones adecuadas, la institución escolar puede ayudar a amortiguarla o a manejarla de otra manera mediante estrategias de solución pacífica de conflictos.
Por supuesto, hay formas de violencia específicas del ámbito escolar. El llamado bullying es una. En sentido estricto, se refiere a un maltrato reiterado, sea sicológico, verbal o físico, que un alumno, o un grupo de ellos, ejerce sobre un compañero. Su objetivo es intimidarlo por medio de agresiones.
En las últimas semanas el acoso escolar ha merecido una atención inusitada de los medios de comunicación. Sin embargo, se ha hecho abusando del concepto. Se califica indebidamente de bullying a cualquier forma de violencia escolar.
Ciertas formas de acoso escolar son inmemoriales. Los alumnos con problemas de obesidad, los de baja estatura y los de piel más morena han sido usualmente objetos de burlas de sus compañeros. Siempre se les ha cargado la mano. Entre amigos y compañeros no es inusual “llevarse pesado”. Los relatos de adultos que en su niñez tuvieron que agarrarse a golpes para hacerse respetar son abundantes.
Sin embargo, algo ha cambiado en estas expresiones de violencia durante los últimos años. Pareciera que hoy se trata de demostrar que se es más que el otro y que los demás, con más saña y agresividad y menos escrúpulos que en el pasado.
Un factor central que dificulta el manejo del acoso escolar en las aulas proviene de las campañas de desprestigio sistemático hacia los maestros promovidas por la derecha empresarial. Este acoso mediático, que presenta a los profesores como trabajadores ignorantes, privilegiados e irresponsables, ha mellado su autoridad dentro del aula. Hoy es más fácil que sus alumnos les falten al respeto.
Los diversos casos de bullying reportados en la prensa durante las tres últimas semanas propiciaron que la SEP y Gobernación, así como las bancadas de PAN y PRD en el Senado, y del PAN en la Cámara, se rasgaran las vestiduras anunciando un maremoto de leyes, lineamientos y reglamentos, otra vez, al margen de los maestros.
El 30 de mayo, el secretario Emilio Chuayffet firmó el Convenio de Coordinación para Facilitar el Combate a la Violencia en las Escuelas con autoridades educativas del país, que incluye 15 acciones inmediatas.
En un comunicado, las comisiones de Educación de las cámaras de Diputados y de Senadores informaron que trabajan en la construcción de un nuevo marco legal para prevenir y tratar la violencia en las escuelas del país.
Ambos coincidieron en que el tema de la prevención y tratamiento de la violencia entre y contra niños, niñas y adolescentes está contemplado en al menos cinco ordenamientos que distribuyen competencias entre los tres órdenes de gobierno.
El nuevo marco legal sería discutido en el próximo periodo ordinario de sesiones.
El 3 de junio, la senadora Mariana Gómez del Campo (PAN) y Mario Delgado (PRD) informaron que las dos bancadas conformarían un frente común para dictaminar y aprobar una iniciativa de Ley General para la Prevención y Atención del Acoso Escolar, que presentarán a la Comisión Permanente en cualquiera de los periodos extraordinarios de sesiones.
Un día después, el subsecretario de Gobernación Roberto Campa abordó el problema como un asunto de ¡seguridad pública! Anunció el programa nacional de prevención de la violencia en el entorno escolar denominado Nos mueve la paz. Afirmó que culpar a los maestros es un error, porque los problemas de violencia son ocasionados por el ambiente extraescolar, es decir, la familia o el vecindario. La medida le sirvió a Emilio Chuayffet de tabla de salvación.
El mismo miércoles, diputados panistas presentaron un punto de acuerdo en el que solicitan al presidente Peña la remoción del secretario Chuayffet, distanciado de antiguos aliados como Mexicanos Primero.
Curiosamente, mientras el asunto del acoso escolar se convierte en escándalo, la popularidad presidencial se hunde. La última encuesta de Consulta Mitofsky confirma la tendencia a la baja en la aceptación presidencial: 49.9 por ciento de los encuestados está en “desacuerdo” con la administración del mandatario y sólo 48.7 está de “acuerdo”. Y, de la mano de este desplome, camina la economía, que acumula 21 meses continuos de caídas. Cosas del bullying.
martes, 10 de junio de 2014
jueves, 5 de junio de 2014
TRES TRUCOS PARA CAPTAR LA ATENCIÓN DE TUS ALUMNOS
Una de las mayores preocupaciones que tenemos los docentes es encontrar estrategias para conseguir captar la atención de nuestros alumnos y bajar la disrupción en el aula cuando les enseñamos algún contenido a nuestros alumnos. Y digo enseñamos, porque los que me leéis con asiduidad sabéis que establezco una distinción entre lo que se entiende por explicar y lo que se entiende por enseñar. Muchos docentes que centran sus clases más en explicar que en enseñar son los que con frecuencia presentan mayores dificultades a la hora de poder captar la atención de sus estudiantes. Es más, les culpan a ellos de no estar atentos a sus explicaciones cuando en muchos casos aquello que explicamos o cómo lo explicamos no reviste el menor interés para el alumno, bien porque le parece aburrido, bien porque no le encuentra ninguna utilidad.
Pero hay ocasiones en que ni tan siquiera enseñando como mejor sabemos conseguimos que nuestros alumnos nos presten atención. Es por ello que en este artículo quiero daros tres consejos tremendamente efectivos para captar la atención de vuestros alumnos y con ello rebajar las disruptividad en el aula. Sobre la conducta disruptiva en el aula te recomiendo la lectura del artículo 5 consejos para evitar la disrupción o conducta disruptiva en el aula.
¿Cómo podemos captar la atención de nuestros alumnos?
1. Desplazamiento y rotación. En muchas ocasiones, cuando enseñamos a nuestros alumnos, nos colocamos en frente de ellos en la parte central y de espaldas a la pizarra. Pues bien, de lo que se trata es de realizar la siguiente actuación: sin dejar de hablar, nos iremos desplazando hacia el centro del aula e iremos dando vueltas muy lentamente sobre nuestro cuerpo a medida que vamos avanzando. Poco a poco nos iremos desplazando hacia la parte opuesta de la pared donde está la pizarra y desde allí seguiremos enseñando nuestros contenidos. ¿Qué conseguimos con ello? Muy fácil. Los alumnos pronto se darán cuenta que de hemos desaparecido de su campo de visión. Esto les causará sorpresa y curiosidad. Y ahí está la clave. Su centro de interés que hasta aquel momento era la conversación con otro compañero, se desplazará hacia nosotros, porque habremos hecho algo fuera de lo común, pero con total normalidad y sin interrumpir nuestra sesión lectiva. Cuando los alumnos se giren, lo que habremos conseguido no es sólo captar su atención, sino que, al tener que girarse para poder localizarnos, dejarán de hablar automáticamente con su compañero porque a partir de ese momento volveremos a ser el centro de interés y de atención. Cuando el alumno se gira para mirarnos y escucharnos, dejará de interesarle lo que le esté contando a su compañero. Además estará en una posición poco natural que favorecerá que nos preste mayor atención.
2. Aproximación y contacto. Otro recurso muy efectivo para captar la atención de determinados alumnos de un aula, consiste en acercarse al alumno que en ese momento está hablando o distorsionando la clase por algún motivo. Al igual que el primer truco es muy importante que nos acerquemos a ese alumno mientras estamos enseñando al grupo, es decir, sin interrumpir la sesión lectiva. Debemos mantener el mismo tono de voz y desplazarnos de una forma natural y calmada. Mientras hablamos y caminamos hacia ese alumno en concreto, en ningún momento fijaremos la vista en él. De lo que se trata es de no llamar la atención o interrumpir el ritmo de lo que estemos enseñando. Cuando estemos al lado del alumno en cuestión, lo que haremos será seguir hablando con total normalidad al resto de la clase, no le hablaremos ni le diremos nada al alumno que hasta ese momento estaba distorsionando. Nos pondremos a su lado y, mientras seguimos hablando, le tocaremos levemente el hombro o la muñeca durante unos segundos y sin hablarle ni mirarle. En ese preciso momento el alumno en cuestión captará el sentido del mensaje que le estamos transmitiendo y nosotros no tendremos la necesidad de interrumpir aquello que estemos enseñando.
3. Invasión sutil del espacio. Otro recurso para captar la atención de un alumno con una conducta disruptiva es acercarnos otra vez hacia él. Como en las otras dos ocasiones de lo que se trata es de acercarnos de una forma natural y sin dejar de hablar. Nos iremos acercando hasta colocarnos a su lado y en ese momento haremos algo totalmente imprevisto: nos sentaremos encima de su pupitre. Se trata de una actuación invasiva, pero que también resulta muy efectiva para captar la atención de nuestros alumnos y disminuir la conducta disruptiva. Es muy importante que permanezcamos encima del pupitre del alumno durante unos minutos y sigamos hablando y dando la clase de la forma más natural posible. De lo que se trata nuevamente es de no interrumpir la sesión lectiva. No hace falta decirle nada al alumno, no hay necesidad de dirigirle la palabra. Simplemente el alumno entenderá que su conducta no es la adecuada, le habremos causado cierta sorpresa y entenderá el mensaje no verbal que le estamos enviando a él y al resto de la clase.
¿Qué finalidad persiguen estos tres trucos para captar la atención de tus alumnos?
No interrumpir bajo ningún concepto lo que estemos explicando en ese momento.
Desviar la atención de nuestros alumnos situándonos en posiciones inusuales cuando enseñamos algo.
Modificar la posición inicial de los alumnos, es decir, hacer que se giren hacia nosotros. Esto hace que, por lo general, dejen de hablar con sus compañeros porque hay algo que les interesa más y es vernos qué estamos haciendo en ese preciso momento.
Evitar que el grupo o determinados alumnos se conviertan el el foco de atención. Si lo consiguen, en ese momento se interrumpe la sesión lectiva y todo el protagonismo recae sobre ellos.
Utilizar el factor sorpresa cambiando nuestra posición habitual de enseñar.
Nunca dejar de hablar sobre lo que estamos enseñando y hacerlo de la forma más natural posible.
No entrar en ningún tipo de enfrentamiento con el grupo o determinados alumnos.
Como veis, son pequeñas actuaciones, pero os aseguro que en la mayoría de los casos dan excelentes resultados. La clave está en no interrumpir nuestras enseñanzas. Confieso que requiere de cierta práctica, pero os aseguro que, cuando le cojáis el tranquillo, estos trucos para captar la atención de tus alumnos os serán de enorme utilidad.
http://justificaturespuesta.com/3-trucos-para-captar-la-atencion-de-tus-alumnos/
Pero hay ocasiones en que ni tan siquiera enseñando como mejor sabemos conseguimos que nuestros alumnos nos presten atención. Es por ello que en este artículo quiero daros tres consejos tremendamente efectivos para captar la atención de vuestros alumnos y con ello rebajar las disruptividad en el aula. Sobre la conducta disruptiva en el aula te recomiendo la lectura del artículo 5 consejos para evitar la disrupción o conducta disruptiva en el aula.
¿Cómo podemos captar la atención de nuestros alumnos?
1. Desplazamiento y rotación. En muchas ocasiones, cuando enseñamos a nuestros alumnos, nos colocamos en frente de ellos en la parte central y de espaldas a la pizarra. Pues bien, de lo que se trata es de realizar la siguiente actuación: sin dejar de hablar, nos iremos desplazando hacia el centro del aula e iremos dando vueltas muy lentamente sobre nuestro cuerpo a medida que vamos avanzando. Poco a poco nos iremos desplazando hacia la parte opuesta de la pared donde está la pizarra y desde allí seguiremos enseñando nuestros contenidos. ¿Qué conseguimos con ello? Muy fácil. Los alumnos pronto se darán cuenta que de hemos desaparecido de su campo de visión. Esto les causará sorpresa y curiosidad. Y ahí está la clave. Su centro de interés que hasta aquel momento era la conversación con otro compañero, se desplazará hacia nosotros, porque habremos hecho algo fuera de lo común, pero con total normalidad y sin interrumpir nuestra sesión lectiva. Cuando los alumnos se giren, lo que habremos conseguido no es sólo captar su atención, sino que, al tener que girarse para poder localizarnos, dejarán de hablar automáticamente con su compañero porque a partir de ese momento volveremos a ser el centro de interés y de atención. Cuando el alumno se gira para mirarnos y escucharnos, dejará de interesarle lo que le esté contando a su compañero. Además estará en una posición poco natural que favorecerá que nos preste mayor atención.
2. Aproximación y contacto. Otro recurso muy efectivo para captar la atención de determinados alumnos de un aula, consiste en acercarse al alumno que en ese momento está hablando o distorsionando la clase por algún motivo. Al igual que el primer truco es muy importante que nos acerquemos a ese alumno mientras estamos enseñando al grupo, es decir, sin interrumpir la sesión lectiva. Debemos mantener el mismo tono de voz y desplazarnos de una forma natural y calmada. Mientras hablamos y caminamos hacia ese alumno en concreto, en ningún momento fijaremos la vista en él. De lo que se trata es de no llamar la atención o interrumpir el ritmo de lo que estemos enseñando. Cuando estemos al lado del alumno en cuestión, lo que haremos será seguir hablando con total normalidad al resto de la clase, no le hablaremos ni le diremos nada al alumno que hasta ese momento estaba distorsionando. Nos pondremos a su lado y, mientras seguimos hablando, le tocaremos levemente el hombro o la muñeca durante unos segundos y sin hablarle ni mirarle. En ese preciso momento el alumno en cuestión captará el sentido del mensaje que le estamos transmitiendo y nosotros no tendremos la necesidad de interrumpir aquello que estemos enseñando.
3. Invasión sutil del espacio. Otro recurso para captar la atención de un alumno con una conducta disruptiva es acercarnos otra vez hacia él. Como en las otras dos ocasiones de lo que se trata es de acercarnos de una forma natural y sin dejar de hablar. Nos iremos acercando hasta colocarnos a su lado y en ese momento haremos algo totalmente imprevisto: nos sentaremos encima de su pupitre. Se trata de una actuación invasiva, pero que también resulta muy efectiva para captar la atención de nuestros alumnos y disminuir la conducta disruptiva. Es muy importante que permanezcamos encima del pupitre del alumno durante unos minutos y sigamos hablando y dando la clase de la forma más natural posible. De lo que se trata nuevamente es de no interrumpir la sesión lectiva. No hace falta decirle nada al alumno, no hay necesidad de dirigirle la palabra. Simplemente el alumno entenderá que su conducta no es la adecuada, le habremos causado cierta sorpresa y entenderá el mensaje no verbal que le estamos enviando a él y al resto de la clase.
¿Qué finalidad persiguen estos tres trucos para captar la atención de tus alumnos?
No interrumpir bajo ningún concepto lo que estemos explicando en ese momento.
Desviar la atención de nuestros alumnos situándonos en posiciones inusuales cuando enseñamos algo.
Modificar la posición inicial de los alumnos, es decir, hacer que se giren hacia nosotros. Esto hace que, por lo general, dejen de hablar con sus compañeros porque hay algo que les interesa más y es vernos qué estamos haciendo en ese preciso momento.
Evitar que el grupo o determinados alumnos se conviertan el el foco de atención. Si lo consiguen, en ese momento se interrumpe la sesión lectiva y todo el protagonismo recae sobre ellos.
Utilizar el factor sorpresa cambiando nuestra posición habitual de enseñar.
Nunca dejar de hablar sobre lo que estamos enseñando y hacerlo de la forma más natural posible.
No entrar en ningún tipo de enfrentamiento con el grupo o determinados alumnos.
Como veis, son pequeñas actuaciones, pero os aseguro que en la mayoría de los casos dan excelentes resultados. La clave está en no interrumpir nuestras enseñanzas. Confieso que requiere de cierta práctica, pero os aseguro que, cuando le cojáis el tranquillo, estos trucos para captar la atención de tus alumnos os serán de enorme utilidad.
http://justificaturespuesta.com/3-trucos-para-captar-la-atencion-de-tus-alumnos/
Suscribirse a:
Entradas (Atom)