Biblioteca nacional digital: libros para todos los jóvenes mexicanos
Jaime Martínez Veloz / II
Por lo que se refiere a la educación superior, según un estudio realizado en 2006 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por su elevado índice de deserción en el nivel universitario, México fue puesto al final entre 21 países miembros de esa organización. De acuerdo con el estudio del organismo, entre 2000 y 2004 hubo un deterioro de casi 20 puntos. Mientras en el primer año sólo 30 de cada 100 alumnos estaban en posición de abandono escolar, cuatro años después, casi 50 jóvenes desertaban o estaban en riesgo de dejar la educación superior.
La deserción escolar universitaria cuesta a México al año, según estimaciones de la Unesco, entre 141 y 415 millones de dólares. El informe sobre la educación superior en América Latina y El Caribe: 2000-2005 señala que el “gran desafío no es sólo incrementar la cobertura entre los jóvenes, sino también disminuir la repetición y deserción
escolar en las universidades públicas y privadas.
Lo anterior tiene consecuencias sociales, económicas, políticas y culturales cada vez más graves, que repercuten en una menor calidad de vida. Es por ello imprescindible buscar estrategias que permitan que nuestros jóvenes cuenten con más oportunidades, al menos semejantes a las que tienen los de aquellos países con que competimos en los mercados internacionales.
Ante esta situación, la creación de una biblioteca nacional digital permitiría integrar en un solo sitio un banco de información nacional digital de obras, textos, documentos, imágenes, videos, audios, fotografías, mapas e información almacenada en distintos medios; y creaciones que constituyan el acervo histórico, cultural, literario, artístico, pictórico, musical, educativo, científico y tecnológico de México y permitiría a todos los jóvenes mexicanos acceder a los libros de texto de todas las carreras profesionales existentes en México, donde el Estado rentaría los derechos de autor con las diferentes casas editoriales. Bastaría disminuir un poco el excesivo gasto en espots gubernamentales, para darle viabilidad a un proyecto de esta naturaleza
México tiene compromisos que debe cumplir, contraídos en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información realizada en Ginebra en 2003 y con seguimiento en Túnez en 2005, donde firmó el documento final aceptando el compromiso de dar a todos un acceso equitativo a la información y conocimientos, en reconocimiento de la función de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para el crecimiento y desarrollo económicos
.
La transformación revolucionaria de las comunicaciones, la competencia internacional por los mercados, la necesidad de una mayor preparación técnica y profesional en los estudiantes, la necesidad de generar nuevos conocimientos científicos y tecnológicos y la posibilidad de llevar el conocimiento a un mayor número de ciudadanos hacen impostergable que las bibliotecas amplíen sus capacidades, responsabilidades y manejo de nuevas tecnologías.
Por ello el desarrollo educativo nacional demanda como necesario que el Estado e instituciones públicas de enseñanza media y superior coadyuven a mejorar el aprovechamiento escolar y evitar la deserción; amplíen su capacidad de atender a un mayor número de alumnos, no sólo en aulas tradicionales, sino que extiendan la cobertura con programas de enseñanza abierta, respaldados por el acceso a fuentes de información y libros de texto que puedan ser consultados en forma gratuita, acercando así al estudiantado a las fuentes de conocimiento.
Aun cuando existen en México una cantidad importante de instituciones de educación superior que imparten licenciaturas y maestrías en línea –es decir a través de Internet–, y que muchas bibliotecas cuentan con catálogos electrónicos y bibliotecas digitales, con acceso a textos completos, éstas se encuentran todavía en una fase inicial. Por ello se hace necesario propiciar una sinergia que contribuya significativamente al desarrollo nacional; es fundamental una transformación de fondo de las bibliotecas públicas, a fin de que, sin perder los recursos editoriales, bibliográficos y hemerográficos con los cuales cuentan actualmente, sean capaces de incorporarse a redes, constituir bases de datos, procesar amplios volúmenes de información, atender a nuevos tipos de usuarios, incorporar a sus acervos nuevas disciplinas, almacenar imágenes e hipertextos y llevar a cabo procesos de telecomunicación que les permitan coadyuvar con la educación a distancia, proteger los documentos e información que poseen bajo resguardo, y manejar el correo electrónico entre otros aspectos.
La biblioteca nacional digital constituiría un importante recurso tanto para la educación escolarizada como para la no escolarizada y a distancia, en beneficio de poblaciones remotas y de menor densidad poblacional, poniendo especial énfasis en que se cuente con libros de texto digitales de acceso gratuito que permitan cubrir los contenidos de los planes de estudios vigentes. Promovería la firma de convenios con editoriales nacionales y extranjeras para que, cubriéndose los derechos de autor correspondientes, pudiera obtener y transferir datos a los usuarios vía chat, mensaje de texto, correo electrónico u otro medio, lo cual contribuiría a la equidad social y a la economía de los estudiantes, docentes e investigadores mexicanos, toda vez que los servicios que proporcionaría la biblioteca nacional digital serían de carácter libre y gratuito; y que permitiría, asimismo, la consulta de tesis digitalizadas, libros, documentos y archivos de las distintas dependencias públicas, instituciones privadas participantes e instituciones educativas desde un solo sitio web.
El proyecto aquí descrito puede consultarse en el link: http://es.scribd.com-/doc/76525638/PROYECTO-PARA-LA-CREACION-DE-LA-BIBLIOTECA-NACIONAL-DIGITAL.
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