Hace falta una nueva pedagogía para enseñar la historia: Enrique Florescano
Olvidamos que la educación no es un problema de la escuela, sino de la familia, del entorno, sostiene
Cada presidente inventa sus héroes y puede hablar de sus gustos y preferencias
Mónica Mateos-Vega
Periódico La Jornada
Martes 25 de septiembre de 2012, p. 7
Martes 25 de septiembre de 2012, p. 7
El gran desafío para enseñar la historia en estos días es encontrar nuevas formas de transmitir el conocimiento a niños y jóvenes:
El historiador presenta este martes su libro más reciente, La función social de la historia, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), en el cual reflexiona acerca de una de las disciplinas sociales forjadora de identidades.Hace falta una nueva pedagogía, sobre todo, llegar a un público más amplio, pues hemos olvidado que la educación no es un problema de la escuela, sino de la familia, del entorno, afirma Enrique Florescano.
Lenguaje llano
Desde los orígenes del arte de historiar hasta el redescubrimiento de la narrativa oral, pasando por la relación de la historia con el poder o con la ficción, son algunos de los puntos que aborda el autor en un libro escrito
Añade que durante muchos años uno de los grandes problemas entre algunos de profesores e investigadores fue que se instalaron en su propio mercado de colegas y alumnos, un nicho “seguro, pero restringido. Por ello escribieron en un lenguaje ininteligible, abstruso, oscuro, difícil de entender por la mayoría de las personas.en un lenguaje claro y llano para que todo mundo lo pueda leer; explicar mejor no va en contra del rigor, de la riqueza de la información y de los argumentos que uno defiende, señala en entrevista con La Jornada.
Por fortuna, las nuevas generaciones están impulsando un cambio radical; los jóvenes historiadores quieren que, si bien no todo el mundo, pero sí los muchachos de secundaria en adelante, puedan comprender y asimilar los conocimientos históricos.
Convencido de que hoy existe una historia más rica, democrática y abierta, Florescano reitera que aún falta en el país
una gran revolución educativa como la de José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet quienes vieron el asunto como un problema de conjunto.
Siguen los discursos oficiales
En opinión de Florescano, autor de libros como Quetzalcóatl y los mitos fundadores de América (2004), por fortuna, ya no existe una historia oficial, aunque continúan los discursos oficiales: “Cada presidente inventa sus héroes y puede hablar de sus gustos y preferencias. Una de las peores cosas que nos pasó en la pasadas celebraciones por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución fue tener un presidente que no entendió ni el proceso revolucionario ni el proceso de formación de una nación, por lo que tuvimos unos festejos lamentables.
Comparada con lo que hizo Porfirio Díaz, es increíble la diferencia, y no cesa todavía el escándalo alrededor de cómo se manejaron los fondos. No aprovechamos un momento que habría sido muy importante para la aceptación de la diversidad, hacer un encuentro en el que participaran las distintas corrientes, y que se hicieran materiales que sirvieran para comprender mejor el desarrollo histórico del país, además de la Independencia y la Revolución.
El especialista recalcó que los mejores libros que se publicaron al respecto en 2010 fueron elaborados por las universidades e instituciones académicas, como el Centro de Investigación y Docencia Económicas (Cide).
El libro La función social de la historia, de Enrique Florescano, será presentado hoy a las 19 horas en la librería Rosario Castellanos del Centro Cultural Bella Época (avenida Tamaulipas 202, esquina Benjamín Hill, colonia Hipódromo Condesa).
En el acto participarán Carlos Marichal, Javier Garciadiego, Clara García, Lorenzo Meyer y el autor. Modera: Juan Carlos Rodríguez.
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