El Museo Mural Diego Rivera acoge parte de la Colección Suárez
Reúne 45 obras, 60 fotografías y la proyección de más de 40 murales que auspició
Todas las piezas de la colección fueron compradas por mi abuelo, no donadas: Pablo Suárez Gerard
Todas las piezas de la colección fueron compradas por mi abuelo, no donadas: Pablo Suárez Gerard
Fragmento de Los Tezcatlipocas, 1969, óleo de Jorge González Camarena, perteneciente a la Colección Suárez, incluido en la muestra del Museo Mural Diego RiveraFoto Cortesía del recinto
Merry MacMasters
Periódico La Jornada
Viernes 15 de junio de 2012, p. 4
Viernes 15 de junio de 2012, p. 4
La
La asociación civil, aparte de un libro, festejará el centenario del arribo del asturiano a México con Trascendencia de un mecenazgo: Manuel Suárez y Suárez (1896-1987), exposición de 45 obras –en su mayoría pinturas–, 60 fotografías, además de la proyección de los más de 40 murales que apoyó, la cual fue inaugurada la noche del miércoles en el Museo Mural Diego Rivera (Balderas y Colón, s/n, Centro).curiosidadque siempre sintió por el arte llevó a Manuel Suárez, empresario de origen español, a convertirse en un mecenas que benefició al menos a 60 artistas, estima su nieto Pablo, vicepresidente de la Colección Suárez, integrada por unas mil 600 obras, cuya
misión principal es seguir con la socialización del arte.
Desembarco de Colón, talla en mármol del siglo XIX, de unos 600 kilos, de autor no identificado encabeza la muestra.
Entre los murales más conocidos figuran los realizados para el Polyfórum Cultural Siqueiros y el Hotel Casino de la Selva, en Cuernavaca; también está el caso del Hotel Mocambo, construido en 1931-32 en Boca del Río, Veracruz, en el que don Manuel cedió por primera vez los muros a varios artistas –allí fue a Josep Renau y su esposa Manuela Ballester–, paneles cuyo paradero se desconoce.
Manuel Suárez, quien sin formación académica arribó a México en 1911, platicaba que
en los trayectos hacia el hostal en que vivía en la calle de Jesús María, le tocaba pasar frente a la escuela de La Esmeralda y se metía a ver lo que hacían los alumnos. Incluso, tuvo oportunidad de conocer allí a David Alfaro Siqueiros, expresa Pablo Suárez Gerard en entrevista.
Su contacto con el arquitecto y refugiado español Jesús Martí Martín fue otro
Toda la obra de la colección fue comprada, no donada, aclara Suárez Gerard. Todos los sábados –cuenta a modo de anécdota– don Manuel visitaba en la primera etapa el taller Siqueiros en Cuernavaca, y luego las obras del Hotel de México. Los días de pago de raya
Para la curadora María Estela Duarte
De la Colección Suárez es el mural Río Juchitán, de Rivera, que tiene en comodato el Museo Soumaya.
punto de encuentroque terminó por inculcar en don Manuel el tema del arte, apunta su nieto. En el caso del Hotel Casino de la Selva, el mecenas
llevaba allí a los artistas, los hospedaba gratuitamente con sus familias, les daba los muros para pintar y les pagaba ese trabajo.
Toda la obra de la colección fue comprada, no donada, aclara Suárez Gerard. Todos los sábados –cuenta a modo de anécdota– don Manuel visitaba en la primera etapa el taller Siqueiros en Cuernavaca, y luego las obras del Hotel de México. Los días de pago de raya
los artistas depositaban en la cajuela de su automóvil lo que habían pintado en la semana y mi abuelo les pagaba esos cuadros.
Para la curadora María Estela Duarte
no tan fácilmente encontramos un mecenas de ese calibre. Montserrat Sánchez, directora del Museo Mural, recuerda:
es una realidad histórica que las colecciones particulares han sido la semilla de muchos de los acervos públicos.
De la Colección Suárez es el mural Río Juchitán, de Rivera, que tiene en comodato el Museo Soumaya.
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