Recogen en un libro cómo
ha cambiado de piella ciudad de México y cómo conserva su esencia
Ángeles González Gamio, flanqueada por Vicente Quirarte y Eduardo Matos Moctezuma, autores del
volumen 1554 México 2012Foto Marco Peláez
Arturo Jiménez
Periódico La Jornada
Viernes 19 de octubre de 2012, p. 6
Viernes 19 de octubre de 2012, p. 6
Ángeles González Gamio, cronista de la ciudad de México, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma y el escritor Vicente Quirarte realizaron, a partir de la Plaza Tolsá, el recorrido que más de 450 años antes hiciera el erudito Francisco Cervantes de Salazar.
Como él, comentaron anécdotas e historia de calles, edificios y personajes; también escribieron una crónica de esa experiencia por una ciudad que ya suma más de siete siglos.El libro se titula 1554 México 2012 (Joaquín Mortiz), en el cual se reproduce, como un homenaje, esa crónica de Cervantes de Salazar sobre una urbe novohispana que apenas tenía 33 años. Es un libro desarrollado con el formato de una charla entre González, Matos y Quirarte mientras hacen el recorrido, como lo hiciera el erudito, pero con un trío de personajes ficticios: Zuazo, Zamora y Alfaro.
Los autores plantean que a la ciudad de México, como todas las del mundo,
le cambia la piel, dicen, pero a la vez conserva algo que le es propio: un espíritu, una esencia o una tradición.
–¿Qué ha cambiado y qué no de esta ciudad? –se les pregunta en un pequeño salón de la Academia Mexicana de la Lengua.
Responde González Gamio: “Es mucho lo que no ha cambiado. La ciudad de Cervantes de Salazar sigue viva en cuanto a sus instituciones y traza, aunque no son las mismas construcciones, pero los cimientos seguramente sí. Él habla de lo que fue el Palacio Real, que antes había sido el Palacio de Moctezuma y ahora es el Palacio Nacional. Ahí sigue en el mismo lugar y básicamente con la misma función.
También habla de la primera Catedral, que luego se sustituyó, aunque también se utilizaron parte de sus cimientos. De igual manera, del Portal de Mercaderes y del Ayuntamiento, donde ahora despacha el jefe de Gobierno del Distrito Federal. No nada más es la esencia, el recuerdo y la tradición, sino que sigue prácticamente la misma estructura, instituciones y traza.
Todos somos forasteros
–En el texto de Cervantes de Salazar hay dos anfitriones y un visitante, y en el de ustedes, los tres son anfitriones, ¿quizá del lector?
Quirarte: El lector es nuestro invitado. El forastero es el lector. Cuando digo forastero es porque todos lo somos en nuestra patria. A veces pasamos por nuestra ciudad, la miramos, pero no la observamos. Eso sucede mucho con las esculturas de Paseo de la Reforma. Tenemos vergüenza de nuestros héroes y las hay artísticas, como las de Jesús F. Contreras. Queremos despertar el interés de las personas por estos enigmas que están allí, a la luz del sol, que no vemos con suficiente atención.
Matos Moctezuma:
La idea de incluir a Cervantes de Salazar es que puedan ver una de las primeras crónicas de la ciudad de México, aparte de la que nos dejaron sobre la ciudad abuela, Tenochtitlán, Bernal Díaz del Castillo y Cortés.
–Plantean que las personas pasan, pero los edificios, las calles, la ciudad, sus simbolismos, es algo eterno.
Matos Moctezuma:
Matos recuerda que los tres comienzan su recorrido en la Plaza Tolsá, ubicada en la calzada de Tacuba, que era de Tlacopan. “La ciudad que Cervantes de Salazar nos refiere, ya no existe en términos generales, como decía Ángeles. Existe la tradición de que en tal lugar se asentó un poder civil o religioso. Por ejemplo, donde estaban las casas nuevas de Moctezuma, luego va a estar el Palacio Virreinal. O la primera Catedral, que una porción es parte del recinto sagrado de Tenochtitlán.
–Hablan también del amor y la pasión por esta ciudad. ¿Por qué es tan entrañable esta urbe en particular?
González Gamio:
–¿Cuál sería la reflexión acerca del tremendo crecimiento físico de la ciudad en sus diversas épocas y que ha absorbido a los muchos pueblos que la rodeaban?
Matos Moctezuma:
El libro 1554 México 2012 se presentará el 5 de diciembre en la sala Ponce del Palacio de Bellas Artes. Los tres realizarán de nuevo un diálogo, con la participación, además, del historiador Miguel León-Portilla.
Matos Moctezuma:
Una ciudad como la de México es desde su comienzo un lugar dinámico, siempre fluyen las personas. Lo que va a perdurar es una gran cantidad de monumentos, desde el mundo prehispánico, que subyace debajo de la ciudad actual, hasta la gran cantidad de monumentos coloniales que están dentro de lo que es el Centro Histórico. Las personas pasan, pero perdura su ingenio, su presencia, los edificios que hicieron, sus anécdotas, la historia.
Matos recuerda que los tres comienzan su recorrido en la Plaza Tolsá, ubicada en la calzada de Tacuba, que era de Tlacopan. “La ciudad que Cervantes de Salazar nos refiere, ya no existe en términos generales, como decía Ángeles. Existe la tradición de que en tal lugar se asentó un poder civil o religioso. Por ejemplo, donde estaban las casas nuevas de Moctezuma, luego va a estar el Palacio Virreinal. O la primera Catedral, que una porción es parte del recinto sagrado de Tenochtitlán.
Muchos edificios van en parte transformándose, pero otros guardan toda su esencia del momento en que fueron hechos, sobre todo del siglo XVIII o del XIX. Pero además, están los que habitaban en cada una de esas etapas, pues en el Templo Mayor encontramos enterramientos, huesos de aquellos habitantes.
–Hablan también del amor y la pasión por esta ciudad. ¿Por qué es tan entrañable esta urbe en particular?
González Gamio:
Es una ciudad donde de alguna manera se ha forjado la identidad de los mexicanos. Los que son de Torreón, Monterrey o Mérida, cuando vienen a la ciudad de México consideran al Zócalo como suyo, igual al Palacio Nacional o a la Catedral. Ahí es el corazón del corazón de todo el país.
–¿Cuál sería la reflexión acerca del tremendo crecimiento físico de la ciudad en sus diversas épocas y que ha absorbido a los muchos pueblos que la rodeaban?
Matos Moctezuma:
Con la expansión se van incorporando a la ciudad moderna lo que eran antiguas urbes prehispánicas y luego poblaciones coloniales, como Coyoacán y Azcapotzalco. Comienzan a formar un todo. Hay una expansión muy fuerte en los años 40 del siglo XX hacia Chapultepec, las Lomas, Polanco, y los centros comienzan a cambiar. Cada zona tiene su centro, pero el fundamental sigue siendo el Centro Histórico, que comienza a llamarse así en 1981. Allí nos manifestamos y celebramos, un lugar cargado de historia.
El libro 1554 México 2012 se presentará el 5 de diciembre en la sala Ponce del Palacio de Bellas Artes. Los tres realizarán de nuevo un diálogo, con la participación, además, del historiador Miguel León-Portilla.
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