Aumenta 8% precio de la canasta básica; sólo 4.2 los minisalarios
En febrero de 2011 esos productos se adquirían en $522.80 y subieron a 564.67 en enero pasado
Israel Rodríguez J.
Periódico La Jornada
Domingo 5 de febrero de 2012, p. 23
Domingo 5 de febrero de 2012, p. 23
En los pasados 12 meses continuó el deterioro del poder adquisitivo de las familias debido a que el costo para la adquisición mensual de productos de una canasta básica registró un incremento de 8 por ciento, porcentaje que prácticamente duplica al aumento del salario mínimo general vigente a partir del primero de enero de 2012, que se incrementó sólo 4.2 por ciento.
Así, entre febrero de 2011 y la segunda semana de enero de 2012, el costo del consumo individual de productos básicos pasó de 522.80 pesos a 564.67 pesos. Con estos resultados, el aumento del valor de la llamada canasta básica del consumo mensual de una persona creció 41.90 pesos, por lo que, actualmente tendrá que trabajar poco más de cinco horas adicionales para mantener el mismo nivel de consumo de febrero de 2011.Lo anterior confirma el deterioro del poder adquisitivo del salario, principalmente de las familias de menores ingresos, que son las que invierten un mayor porcentaje de sus ingresos en el consumo de alimentos, según se desprende de informes del Banco de México, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos y del Consejo Nacional de Evaluación de Políticas de Desarrollo Social (Coneval).
El clima complica la situación
De acuerdo con el Coneval la canasta básica urbana está integrada por productos como: tortillas de maíz, pasta para sopa, pan blanco, pan dulce, arroz, cereal, carne de res, puerco, pollo, pescado, leche, queso, yogurt, huevo, aceite vegetal, papa, frijol, cebolla, chiles, jitomate, limón, manzana, naranja, plátano, azúcar, refrescos, entre otros productos.
Es importante recordar que desde finales de 2010, el incremento en los precios de los alimentos aceleró el deterioro de los salarios y, en consecuencia, los ingresos de las familias.Esta situación hasta febrero de 2011 se debió en primera instancia al aumento en los precios internacionales de trigo, maíz y arroz, principalmente, que ocasionó a su vez un incremento en los productos derivados incluidos en la canasta básica.
Este escenario se recrudeció a partir de abril con los cambios climáticos ocurridos en México, como fueron las heladas de febrero y septiembre del año anterior, seguidas de las sequías que iniciaron en el ciclo primavera-verano de 2011 y que se han extendido hasta la fecha, así como por las inundaciones ocasionadas por las abundantes lluvias en el sur-sureste del país.
De los productos que integran la canasta básica destaca el incremento del precio de la tortilla, principal alimento básico de consumo popular, que subió 9.5 por ciento en el periodo de referencia, por lo que el consumo individual estimado, considerando que permanece sin cambio (217.9 gramos por día según el Coneval), aumentó de 59.09 pesos mensuales a 64.72 pesos en supermercados.
Este precio podría aumentar si se considera el de las tortillerías (que promedia 11.87 pesos por kilo a nivel nacional), el cual elevaría el gasto en consumo mensual de ese producto a 77.59 pesos y el de la canasta básica a 577.55 pesos, es decir, 54.8 pesos más que en febrero de 2011.
El índice de precios de los alimentos, de acuerdo con la Organización Mundial para la Agricultura y Alimentación (FAO), descendió 2.4 por ciento en diciembre de 2011 respecto del mes previo y 5.5 por ciento en relación con diciembre de 2010. Sin embargo, pese a estas reducciones, los precios de los alimentos se encuentran 22.8 por ciento por arriba del promedio observado en 2010.
Incluso el descenso que llevan no ha sido tan pronunciado como sucedió en 2008, por lo que se encuentran 14 por ciento por arriba de los niveles registrados en ese año con la anterior crisis alimentaria. Se espera que los precios continúen volátiles en los primeros meses de 2012.
Con ello, se prevé que el deterioro salarial continuará aumentando toda vez que no se frene la escalada de precios de la canasta básica; por lo que el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) en un amplio estudio advierte que las presiones inflacionarias en los alimentos seguirán latentes en los próximos meses, ante la escasez de productos básicos por la menor producción de bienes agrícolas. Ello debido a la problemática ocasionada por los cambios climáticos, que si bien se está tratando de garantizar el abasto mediante mayores importaciones y así aminorar el alza en los precios, éstas podrían ser cada vez más caras debido a la reciente apreciación del dólar, presionando al alza los precios internos de los alimentos.
Este precio podría aumentar si se considera el de las tortillerías (que promedia 11.87 pesos por kilo a nivel nacional), el cual elevaría el gasto en consumo mensual de ese producto a 77.59 pesos y el de la canasta básica a 577.55 pesos, es decir, 54.8 pesos más que en febrero de 2011.
El índice de precios de los alimentos, de acuerdo con la Organización Mundial para la Agricultura y Alimentación (FAO), descendió 2.4 por ciento en diciembre de 2011 respecto del mes previo y 5.5 por ciento en relación con diciembre de 2010. Sin embargo, pese a estas reducciones, los precios de los alimentos se encuentran 22.8 por ciento por arriba del promedio observado en 2010.
Incluso el descenso que llevan no ha sido tan pronunciado como sucedió en 2008, por lo que se encuentran 14 por ciento por arriba de los niveles registrados en ese año con la anterior crisis alimentaria. Se espera que los precios continúen volátiles en los primeros meses de 2012.
Con ello, se prevé que el deterioro salarial continuará aumentando toda vez que no se frene la escalada de precios de la canasta básica; por lo que el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) en un amplio estudio advierte que las presiones inflacionarias en los alimentos seguirán latentes en los próximos meses, ante la escasez de productos básicos por la menor producción de bienes agrícolas. Ello debido a la problemática ocasionada por los cambios climáticos, que si bien se está tratando de garantizar el abasto mediante mayores importaciones y así aminorar el alza en los precios, éstas podrían ser cada vez más caras debido a la reciente apreciación del dólar, presionando al alza los precios internos de los alimentos.
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