EU y México, socios iguales: Obama
Llena de elogios al país en discurso ante jóvenes universitarios
Asegura que millones han salido de la pobreza
Prevé que
Una mayoría
Asegura que millones han salido de la pobreza
Prevé que
este año síhabrá reforma migratoria
Una mayoría
ya se describe de clase media
El presidente estadunidense, Barack Obama, durante el
encuentro que sostuvo ayer en el Museo Nacional de AntropologíaFoto Carlos Ramos Mamahua
Blanche Petrich
Periódico La Jornada
Sábado 4 de mayo de 2013, p. 2
Sábado 4 de mayo de 2013, p. 2
En su encuentro con jóvenes universitarios, el presidente de
Estados Unidos Barack Obama encomió el
El optimismo y los guiños discursivos de Obama marcaron el acto que tuvo
lugar ayer bajo el gran paraguas arquitectónico del patio central del Museo
Nacional de Antropología, ante un millar de personas. Unos eran jóvenes de
planteles privados e instituciones públicas. Otros, muchos, empresarios e
impresionante progresode México, la forma en que el país está
profundizando su democracia, su integración a la liga de las grandes economías del mundo, los millones –sin cifras precisas– de ciudadanos que han salido de la pobreza al grado de que una mayoría
ya se describe como de clase media.
invitados especiales.
En un discurso sin sorpresas ni grandes elaboraciones, de poco menos de media hora, el jefe de la Casa Blanca pronunció un par de citas que suelen ser añoradas por la contraparte mexicana en visitas de Estado como estas. Entre otras, puso énfasis en su compromiso de
trabajar estrechamentecon el Congreso de su país para conseguir,
este año sí, la postergada reforma migratoria que permitiría a millones de indocumentados acceder a la ciudadanía y
salir de la sombrade la ilegalidad.
Y concedió varios párrafos sobre la corresponsabilidad de su país en las desgracias del nuestro: por ejemplo, la demanda de drogas de sus paisanos.
No creo que legalizarlas sea la respuesta; en su lugar, creo en una solución integral, no sólo con medidas policiacas sino educación, prevención, tratamiento.
En cuanto al flujo de armas ilegales de Estados Unidos –donde se venden libremente– a México, donde alimentan a las redes de criminales, admitió:
Las armas que se usan en México en actos violentos vienen de mi país. Como presidente, debo respetar los derechos constitucionales de los individuos a portar armas. Lo he jurado y lo haré. Pero usaré todo mi poder para aprobar una reforma de posesión de armas sensata, que consiga mantenerlas lejos de las manos de gente peligrosa.
Hace siete años (agosto 2006), sobre el mismo tema y frente a Felipe Calderón, su tono fue muy distinto. Según los cables de Wikileaks que La Jornada reveló en 2011, la embajada estadunidense aconsejó a Obama en un documento conocido como scene setter o guía de viaje previa a una cumbre tripartita en Guadalajara:
(Felipe) Calderón tratará de presionarlo para que asuma un compromiso público y explícito para que Estados Unidos haga un esfuerzo mayor para detener el flujo de armas a México. Le aconsejaron que, en lugar de responder, le exigiera a Calderón un manejo más transparente ante las acusaciones de violación a los derechos humanos. Hoy, con Peña Nieto, el scene setter de la embajada probablemente aconsejó un trato positivo.
Galanterías y redes sociales
Obama subrayó que hoy, en la relación bilateral, “no hay un socio
senior y un socio junior, sino socios iguales”. Ni sombra de
alusión a la asimetría que está, se quiera o no, en el ADN de la vecindad en
ambos lados del río Bravo, entre la mayor potencia mundial y un país que sigue
con grandes márgenes de desigualdad y pobreza.
Obama salpicó su presentación con frases en español: México lindo y querido,
es un placer estar entre amigos,
juntos podemos más; incluso una cita de La raza de bronce, de Amado Nervo,
ustedes son el sueño. Y una noticia familiar: la hija mayor de los Obama, Malia, va muy adelantada en su aprendizaje de nuestro idioma.
Galanterías que hicieron de este encuentro con
la nueva generación, aplaudidora, tuitera y whatsappera, un acto alegre, ligero como el aire con aroma de eucalipto que perfumaba la mañana en el bosque de Chapultepec.
Fuera de la escena quedó la tensión que jalonea el trasfondo del diálogo
entre la Casa Blanca y Los Pinos. Nada se dijo de las fricciones que precedieron
el cuarto viaje de Obama a México, plasmadas en filtraciones a la prensa
estadunidense y que pusieron en evidencia lo que realmente preocupa a las
agencias federales en Washington sobre el gobierno de Peña Nieto.
En la redefinición de prioridades que el secretario Miguel Ángel Osorio Chong fue a explicar a Washington en su visita de hace dos semanas no quedó claro cómo ni cuándo los nuevos responsables del gabinete de seguridad acotarán el acceso sin cortapisas que el régimen calderonista cedió a Washington en áreas clave de la seguridad interna. Lo que los estadunidenses exigen es certeza, y pronto, sobre la nueva estrategia para enfrentar a las trasnacionales del crimen organizado. Pero en una reunión con asesores de defensa y seguridad en EU, Osorio –según trascendió– rechazó las premuras estadunidenses y planteó que su prioridad es la restructuración de la Iniciativa Mérida.
El público, que tuvo que madrugar para ingresar a la burbuja de seguridad blindada por el servicio secreto de EU desde Paseo de la Reforma, fue pródigo en aplausos. Aplaudió cuando el presidente Obama describió a los jóvenes como una generación
Aplaudió también cuando Obama habló de sus planes comerciales, en un momento en que EU es el mayor comprador de mercancías mexicanas, pero también el que más exporta, con ventas que superan el monto de Brasil, Rusia, India y China, combinados. La reacción del respetable fue como si se hablara de una medalla, no de un desbalance comercial.
La hasta ahora incumplida promesa de una reforma migratoria mereció atención aparte.
El presidente de Estados Unidos despachó su encuentro con los jóvenes en una hora. En otra media hora, apenas un besamanos, conversó en privado con empresarios. Después, a bordo de su famosa Bestia, enfilaba hacia su avión, rumbo a Costa Rica. A las 12.25, hora local, la visita había terminado.
En la redefinición de prioridades que el secretario Miguel Ángel Osorio Chong fue a explicar a Washington en su visita de hace dos semanas no quedó claro cómo ni cuándo los nuevos responsables del gabinete de seguridad acotarán el acceso sin cortapisas que el régimen calderonista cedió a Washington en áreas clave de la seguridad interna. Lo que los estadunidenses exigen es certeza, y pronto, sobre la nueva estrategia para enfrentar a las trasnacionales del crimen organizado. Pero en una reunión con asesores de defensa y seguridad en EU, Osorio –según trascendió– rechazó las premuras estadunidenses y planteó que su prioridad es la restructuración de la Iniciativa Mérida.
Optimismo, nada más
Frente a los estudiantes –algunos procedentes de Atlacomulco, que
no es cualquier lugar, otros de la UNAM, el Poli, la UACM, pero otros
muchos de la Ibero, el Tec de Monterrey, La Salle y muchos
preparatorianos del American School– todo esto quedó fuera de agenda.
Sólo el énfasis en superar viejos estereotipos que generan malos entendidos. Citó: “Algunos americanos sólo ven a los mexicanos representados en titulares de violencia y cruces de frontera. Algunos mexicanos piensan que América no los respeta, que tratamos de imponernos en su soberanía o excluirlos detrás de un muro. Vine a México porque quiero hacer a un lado esas viejas formas de pensar”.
El público, que tuvo que madrugar para ingresar a la burbuja de seguridad blindada por el servicio secreto de EU desde Paseo de la Reforma, fue pródigo en aplausos. Aplaudió cuando el presidente Obama describió a los jóvenes como una generación
empoderada por las nuevas tecnologías, y claro, muchos de ellos, frente a él, subían a las redes sociales las fotos “muy cute” que se habían tomado con sus dispositivos dentro de esa memorable escena.
Aplaudió también cuando Obama habló de sus planes comerciales, en un momento en que EU es el mayor comprador de mercancías mexicanas, pero también el que más exporta, con ventas que superan el monto de Brasil, Rusia, India y China, combinados. La reacción del respetable fue como si se hablara de una medalla, no de un desbalance comercial.
La hasta ahora incumplida promesa de una reforma migratoria mereció atención aparte.
En Estados Unidos no tenemos un sistema migratorio que refleje nuestros valores. Divide a las familias en lugar de reunirlas y obliga a millones a vivir en las sombras.Omitió decir, desde luego, que en su administración han sido deportados más mexicanos que en años anteriores y que las remesas de los migrantes se han mantenido a la baja casi por un año consecutivo. Prometió: “Seguiré trabajando para lograr una reforma que fortalezca la seguridad en la frontera y la migración legal… Después de años de estarlo intentando, estoy seguro de que este año sí lo vamos a lograr”.
El presidente de Estados Unidos despachó su encuentro con los jóvenes en una hora. En otra media hora, apenas un besamanos, conversó en privado con empresarios. Después, a bordo de su famosa Bestia, enfilaba hacia su avión, rumbo a Costa Rica. A las 12.25, hora local, la visita había terminado.
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