ACADEMIA DE 14 AGOSTO DE 2012

ACADEMIA DE  14 AGOSTO DE 2012
TURNO VESPERTINO

viernes, 23 de noviembre de 2012

Monumento a la RazaUSOS Y ABUSOS DE LA ARQUEOLOGÍA
Eduardo Matos Moctezuma

Monumento a la Raza, ciudad de México, ca. 1935. En este monumento se combinaron elementos de varios de los edificios conocidos entonces, como las Pirámides de las Serpientes Emplumadas de Xochicalco y de Teotihuacan.
Foto: © 88429. Conaculta, INAH, SINAFO, FN. México
Independientemente de los aportes de la arqueología para conocer mejor nuestra historia antigua, aquí vamos a referirnos al uso que de ella se hace en diferentes ámbitos, entre los que destacan aquellos que sirven, en cierta forma, para difundir algunos aspectos de la disciplina. Estos varían de manera considerable, pues van desde anuncios que presentan monumentos arqueológicos, calles que llevan nombres de sitios prehispánicos, timbres postales, medallas y monedas que muestran figuras del pasado, hasta las expresiones artísticas que se inspiran en aquel pasado y que muchos de nuestros creadores han plasmado en escultura, pintura, grabado, danza, poesía y arquitectura. Un caso diferente son aquellas manifestaciones en las que se hace un abuso de la arqueología y la historia al tergiversar su verdadero contenido y que en ocasiones inclusive sirven para atentar contra la integridad de monumentos y de su importancia como parte de nuestro patrimonio arqueológico e histórico.
A continuación vamos a hacer una aproximación a ambos temas: el uso y el abuso, y a la manera en que se presentan en un lugar específico: la ciudad de México. El fin primordial radica en interesar a nuestros lectores en el tema para que cobren conciencia de la enorme riqueza de expresiones que existen en nuestro mundo cotidiano, y que en ocasiones pasan desapercibidas para los habitantes de nuestra ciudad.
Usos de la arqueología
Para comenzar, quiero comentar que pocas personas conocen los diferentes sitios arqueológicos que tenemos en la ciudad de México. Aunque todos están abiertos al público el número de personas que los visitan varía. Si seguimos un orden cronológico, tenemos que empezar por Cuicuilco, localizado al sur de la ciudad de México, muy cerca de la Ciudad Universitaria y la Villa Olímpica, en la delegación Tlalpan. Este sitio fue excavado en 1923 por Byron Cummings, de la Universidad de Arizona, quien encontró debajo de la lava vestigios de una antigua cultura dedicada a la agricultura. Posteriores trabajos en lo que hoy es la Villa Olímpica mostraron edificios de planta cuadrada, además de un montículo hecho de lodo, que corresponde a la misma época, a un costado de la avenida Insurgentes. La mayoría de los sitios arqueológicos de la ciudad pertenecen a la cultura mexica. Son los casos de San Pedro de los Pinos, a un lado del periférico y en la colonia del mismo nombre, o del adoratorio circular dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl que se preservó en la estación del metro Pino Suárez. En Xochimilco tenemos los grabados en piedra de Cuauhilama (Santa Cruz Acalpixca) y en el cerro de Chapultepec están los grabados en piedra (hoy poco visibles) de gobernantes mexicas. Pese a la capa de concreto que cubre a la ciudad de México, contamos con dos sitios en la delegación Cuauhtémoc en los que se ha podido excavar parte del recinto ceremonial: me refiero a los vestigios de Tlatelolco y los del Templo Mayor mexica en pleno corazón de la ciudad de México.
Los nombres anteriores nos lleva a un tema de suyo interesante: la persistencia de la lengua náhuatl en diversos lugares del Distrito Federal. Algunas delegaciones fueron antiguas ciudades que conservaron su nombre, por ejemplo, Azcapotzalco, Iztapalapa, Tlalpan, Coyoacán o Xochimilco; asimismo, permanecen nombres de lugares como Tacuba –antiguo centro tepaneca– o Tepeyac. Y qué decir de los nombres asignados a estaciones del metro, como Tacuba, Cuitláhuac, Popotla, Copilco, Pantitlán, sólo por mencionar algunas. Las calles y avenidas no están a la zaga en esta proliferación de nombres de sitios arqueológicos del país, y así encontramos en la colonia Narvarte calles como Tajín, Xochicalco, Zempoala, Yácatas, etc. Y para no quedarnos atrás, también tenemos los nombres de distinguidos arqueólogos asignados a estas vías, como Francisco del Paso y Troncoso, Manuel Gamio y Alfonso Caso (este último con ocho calles en su haber).

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