México, caso fallido de reforma al sector eléctrico, señala el
FMI
Refiere en un informe la existencia de
fuertes grupos de interésen contra de modificaciones
Una mujer muestra un recibo de la Comisión Federal de
Electricidad con cobros excesivos en la delegación Iztapalapa, donde quejosos
realizaron un mitin afuera de la subestación de la CFEFoto
Cristina Rodríguez
Roberto González Amador
Periódico La Jornada
Jueves 28 de marzo de 2013, p. 23
Jueves 28 de marzo de 2013, p. 23
La experiencia de México fue citada por el Fondo Monetario
Internacional (FMI) como ejemplo de un caso fallido de reforma al sector
eléctrico y de una política de subsidios al consumo de electricidad que
beneficia a los estratos de mayor ingreso. Sin embargo, el organismo destacó que
en el país existe
una opinión pública en contra de la privatizacióndel sector energético, hecho que, dice, vuelve más difícil la introducción de cambios legales en esta industria, que por mandato constitucional está en manos del Estado.
El fracaso de la reforma en el sector eléctrico en México pone de manifiesto los numerosos obstáculos para una reforma exitosa, sostuvo el organismo en el informe Reforma a los subsidios en energía: lecciones e implicaciones, publicado este miércoles.
En el documento, el FMI plantea que los gobiernos deben reducir los subsidios que destina al consumo de energía, desde el carbón a la gasolina y la electricidad.
La finalidad de los subsidios es proteger a los consumidores manteniendo bajos los precios. Pero son ineficientes y se les podría remplazar con maneras mejores de proteger a los consumidores necesitados, argumenta. Esto, según el FMI, es posible
si los gobiernos siguen una senda de reforma adecuada.
El monto de subsidio al consumo de electricidad en México, expone el organismo, es de alrededor de medio punto del producto interno bruto al año, unos 75 mil millones de pesos a valor actual.
Numerosos obstáculos
Para el caso de México, el reporte se detiene en los intentos de
los últimos gobiernos –desde la iniciativa que planteó el presidente Ernesto
Zedillo en 1999– para introducir reformas en el sistema eléctrico, servicio que
,de acuerdo con la Constitución es responsabilidad del Estado. El propio informe
menciona que, a partir de las reformas legales en el sexenio del ex presidente
Carlos Salinas (1988-1994), los productores privados ya generan una cuarta parte
de la electricidad que consume el país, y las otras tres cuartas partes son
producidas por la estatal Comisión Federal de Electricidad.
El fracaso de la reforma en el sector eléctrico en México pone de manifiesto los numerosos obstáculos para una reforma exitosa, sostuvo el organismo en el informe, en el que analiza los mecanismos de subsidio a la energía en varios países. El reporte fue publicado en momentos en que el gobierno mexicano busca generar acuerdos para modificar la estructura legal del sector energético, aunque no se refiere a ese planteamiento de la actual administración federal.
Una larga historia de tarifas subsidiadas y de dominación vertical y
horizontal del sector por parte de compañías propiedad del Estado
El reporte del FMI analiza los diferentes esquemas de subsidios a la energía, tanto en los derivados de petróleo como en la electricidad en una veintena de países en desarrollo de varias regiones del mundo. En el informe, el organismo asegura que, en términos generales, con los subsidios al consumo de energía los gobiernos buscan proteger a los consumidores aunque, sostiene, estas transferencias tienen alto costo.
En el caso particular de México, señala, la larga lista de consumidores de electricidad que reciben subsidios ha contribuido a incrementar en general el gasto público, dado que muchos segmentos de usuarios han sido reclasificados en los niveles de mayor recepción de subsidio.
crearon fuertes grupos de interés en contra de las reformas, especialmente por parte de consumidores y de sindicatos, sostuvo el FMI.
La fragmentación política, un mandato constitucional para que el sector público controle el sector eléctrico y una opinión pública en contra de la privatización provocan que la reforma en el sector sea más desafiante, expuso.
El reporte del FMI analiza los diferentes esquemas de subsidios a la energía, tanto en los derivados de petróleo como en la electricidad en una veintena de países en desarrollo de varias regiones del mundo. En el informe, el organismo asegura que, en términos generales, con los subsidios al consumo de energía los gobiernos buscan proteger a los consumidores aunque, sostiene, estas transferencias tienen alto costo.
Los subsidios son costosos para los gobiernos y para los contribuyentes y pueden dificultar los esfuerzos de los gobiernos por reducir los déficits fiscales y brindar ayuda directa a los pobres, según el FMI. El gasto en subsidios al consumo de energía –que funcionan tanto para productores, en el campo, por ejemplo; como para consumidores– compite directamente en el uso de recursos que podrían utilizarse para otras prioridades de gasto público, como son la construcción de carreteras, escuelas y cuidado de la salud, según el organismo.
En el caso particular de México, señala, la larga lista de consumidores de electricidad que reciben subsidios ha contribuido a incrementar en general el gasto público, dado que muchos segmentos de usuarios han sido reclasificados en los niveles de mayor recepción de subsidio.
La experiencia de México también sugiere que la existencia de una enfocada red de protección (como Oportunidades) y el compromiso del gobierno de a cabo sólidas políticas macroeconómicas no son suficientes para una exitosa reforma a los subsidios al consumo de electricidad, estableció el reporte.
Una exhaustiva campaña de información, así como una contabilidad transparente sobre el costo de los subsidios, pueden ser pasos importantes para emprender una reforma exitosa, apuntó.
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