Expertos del INAH y Japón elaboran mapa de precisión
milimétrica de Tenochtitlán
Su información tridimensional y formato digital servirán para modificarlo y
enriquecerlo de manera constante, explica el director del proyecto Templo
Mayor
A la par, se lleva a cabo un registro de los 60 murales que decoran los templos y edificios de la zona arqueológica
A la par, se lleva a cabo un registro de los 60 murales que decoran los templos y edificios de la zona arqueológica
Para la elaboración de este nuevo mapa, los expertos
recurrieron a los adelantos tecnológicos más recientes, se valieron de
posicionadores satelitales, estaciones totales de última generación, escáneres
tridimensionales, cámaras digitales y programas de cómputo que aún se
desarrollan en JapónFoto cortesía del INAH
Ana Mónica Rodríguez
Periódico La Jornada
Lunes 1º de abril de 2013, p. 8
Lunes 1º de abril de 2013, p. 8
El mapa digital de la antigua Tenochtitlán, majestuosa urbe insular
destruida tras la conquista española, fue elaborado por especialistas del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Universidad
Prefectural de Aichi, Japón.
El estudio servirá de base para la reconstrucción hipotética del recinto
sagrado, explica en entrevista el arqueólogo Leonardo López Luján, director del
Proyecto Templo Mayor, quien encabeza al grupo de especialistas junto con el
investigador japonés Saburo Sugiyama.Este nuevo mapa, prosigue López Luján,
tiene como características principales su precisión milimétrica, su información de tipo tridimensional y su formato digital.
Esto último, añade el arqueólogo, permite modificarlo y enriquecerlo constantemente con los resultados de trabajos de campo y gabinete que están en curso.
Los expertos recurrieron a los adelantos tecnológicos más recientes, se valieron de posicionadores satelitales, estaciones totales de última generación, escáneres tridimensionales, cámaras digitales y programas de cómputo que aún se desarrollan en Japón.
De esta forma lograron incorporar al nuevo mapa todos los vestigios prehispánicos hoy día expuestos en el Centro Histórico de la ciudad de México: en la zona arqueológica del Templo Mayor, el Palacio del Marqués del Apartado, el Colegio de Cristo, el Centro Cultural de España, el Mayorazgo de Nava Chávez (conocido como Las Ajaracas), la Plaza Gamio, el predio de Guatemala 16, además del Sagrario Metropolitano, el antiguo Arzobispado, el Palacio Nacional, la casa de los Condes de Santiago Calimaya y la estación Pino Suárez, del Metro.
Hasta ahora la superficie total topografiada representa poco más de 18 mil metros cuadrados, señala López Luján, quien desde 1980 realiza investigaciones arqueológicas en el área y desde 2006 encabeza las excavaciones en torno al majestuoso monolito con la representación de la deidad de la tierra, Tlaltecuhtli.
Entre los múltiples usos del mapa digital, subraya Leonardo López Luján, destacan
el cálculo exacto de las dimensiones de los edificios mexicas, la identificación de antiguos sistemas de medida, el registro de las modificaciones arquitectónicas que sufrieron los edificios a lo largo del tiempo, así como la elaboración de modelos hipotéticos tridimensionales que ofrecen información sobre las características de las distintas etapas constructivas del Templo Mayor y el gasto energético que implicó su edificación.
También servirá, manifiesta el director del proyecto, para el estudio funcional de los espacios y de los procesos de planificación urbana, la determinación de las orientaciones astronómicas, además de la creación de un sistema de información geográfica para ubicar espacialmente esculturas, pinturas murales, ofrendas y entierros.
“En este proyecto se concentrará la información sobre la conservación y la gestión del sitio, así como la modelización de visualizaciones para apoyar programas educativos y de difusión.”
Para conjuntar esta investigación arqueológica, López Luján y Sugiyama han recurrido desde 2007 a los descubrimientos e investigaciones efectuados por el equipo del Proyecto Templo Mayor, el Programa de Arqueología Urbana (PAU) y la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH.
Desde que Eduardo Matos Moctezuma creó el Proyecto Templo Mayor, hace 35
años, se han incorporado en el levantamiento topográfico los vestigios de
nuestro pasado prehispánico que han sido descubiertos en diversos momentos, como
en la construcción del Metro, en la recimentación de numerosos monumentos
históricos, en trabajos de repavimentación, en la instalación de redes
hidráulicas, en el tendido de cableado eléctrico y de fibra óptica,
etcétera.
“De esta forma –agrega López Luján– las diversas obras públicas y privadas realizadas en el siglo pasado y lo que va del actual han ido sumando piezas de un gigantesco rompecabezas que los arqueólogos sabemos bien nunca se podrá completar.”
Aun así, subraya, cada hallazgo ofrece
Cabe destacar que la mayor parte de los edificios mexicas descubiertos hasta la fecha en el primer cuadro de la ciudad son de carácter religioso y se remontan a los siglos XV y XVI. Entre ellos figuran pirámides, adoratorios, plataformas rituales e, incluso, una escuela para nobles y una cancha de juego de pelota.
Estos edificios, devela López Luján,
Los especialistas Fernando Carrizosa y Luz María Muñoz han realizado las calcas a color de las pinturas, las cuales después son transferidas por De Anda a la computadora, donde las superpone a los alzados y los modelos volumétricos de los edificios mexicas.
En la siguiente fase, la arquitecta recurre al programa AutoCAD, con el que elabora dibujos reconstructivos de los edificios para recrear la decoración pictórica original, con lo que logra vistas de gran realismo, “que nos transportan a Tenochtitlán en el momento de su máximo esplendor.
Los vestigios mexicas que conservan pintura –de más de 500 años de antigüedad– son las capillas del Templo Mayor, la Casa de las Águilas, los Templos Rojos y los edificios M y N.
Esta investigación será publicada por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, que realiza la monumental serie de pintura mural mesoamericana, dirigida a lo largo de los años, primero por Beatriz de la Fuente y en fechas más recientes por María Teresa Uriarte.
“De esta forma –agrega López Luján– las diversas obras públicas y privadas realizadas en el siglo pasado y lo que va del actual han ido sumando piezas de un gigantesco rompecabezas que los arqueólogos sabemos bien nunca se podrá completar.”
Aun así, subraya, cada hallazgo ofrece
instantáneas de la vida cotidiana de Tenochtitlány nos permite reconstruir el rostro de esta ciudad mesoamericana.
Cabe destacar que la mayor parte de los edificios mexicas descubiertos hasta la fecha en el primer cuadro de la ciudad son de carácter religioso y se remontan a los siglos XV y XVI. Entre ellos figuran pirámides, adoratorios, plataformas rituales e, incluso, una escuela para nobles y una cancha de juego de pelota.
Estos edificios, devela López Luján,
fueron construidos con piedras volcánicas extraídas de yacimientos de la misma cuenca de México, con tierra y arena obtenidas en el lecho del lago de Texcoco y con cal traída desde la región de Tula, en el actual estado de Hidalgo.
Registro de pintura mural mexica
A la par de las excavaciones y del levantamiento topográfico para
la recreación del mapa digital, también se realiza un ambicioso programa de
registro de los 60 murales que decoran los templos y recintos de la zona
arqueológica del Templo Mayor.
Este enorme esfuerzo lo encabeza la arquitecta y restauradora Michelle de
Anda y su equipo, quienes han captado de manera sistemática más de 2 mil 300
fotografías digitales de alta precisión de los citados murales.Los especialistas Fernando Carrizosa y Luz María Muñoz han realizado las calcas a color de las pinturas, las cuales después son transferidas por De Anda a la computadora, donde las superpone a los alzados y los modelos volumétricos de los edificios mexicas.
En la siguiente fase, la arquitecta recurre al programa AutoCAD, con el que elabora dibujos reconstructivos de los edificios para recrear la decoración pictórica original, con lo que logra vistas de gran realismo, “que nos transportan a Tenochtitlán en el momento de su máximo esplendor.
Es como si se forraran los monumentos con la pintura mural, ejemplifica.
Los vestigios mexicas que conservan pintura –de más de 500 años de antigüedad– son las capillas del Templo Mayor, la Casa de las Águilas, los Templos Rojos y los edificios M y N.
Esta investigación será publicada por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, que realiza la monumental serie de pintura mural mesoamericana, dirigida a lo largo de los años, primero por Beatriz de la Fuente y en fechas más recientes por María Teresa Uriarte.
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