Atribuir
el fin del mundo a los mayas, abuso contra su cultura: Víctor Sánchez
El indígena no es un objeto de curiosidad, sino alguien en quien podemos reconocer nuestro propio rostro, dice a La Jornada
Una civilización tan rica, no necesita de inventarle nada, sostiene
Una civilización tan rica, no necesita de inventarle nada, sostiene
Víctor Sánchez, en primer planoFoto Luis Enrique Aguilar
El investigador con Philip Glass y algunos músicos wixárikas, la noche del miércoles, antes y después del concierto del artista estadunidense con intérpretes indígenas en Real de CatorceFoto Luis Enrique Aguilar
Ángel Vargas
Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 21 de diciembre de 2012, p. 3
Viernes 21 de diciembre de 2012, p. 3
Real de Catorce SLP, 20 de diciembre.
Formado académicamente en las áreas de antropología social y sicología, el investigador –prefiere definirse así, en vez de chamán– ha enfocado todo su aprendizaje en tratar de El ser humano indígena no es alguien para estudiar como si se tratara de un objeto de curiosidad; es alguien en quien podemos reconocer nuestro propio rostro desconocido, sostiene el escritor Víctor Sánchez, quien ha dedicado poco más de tres décadas a profundizar en el conocimiento de las culturas ancestrales del país, a las que, como el etnólogo y antropólogo Guillermo Bonfil Batalla, denomina
el México profundo.
cambiar el mundo, para hacerlo un lugar mejor y contribuir a la evolución del ser humano.
Su forma de hacerlo, según se explica en una breve semblanza, es ayudar a las personas a descubrir ese otro lado de la conciencia al que él llama
la conciencia del Otro Yoy contribuir así
al desarrollo de una espiritualidad más madura y evolucionada.
Infinidad de absurdos
Víctor Sánchez se encuentra en este hermoso poblado otrora minero, donde imparte el taller Calendarios y espiritualidad maya-tolteca, que concluye este viernes y mediante el que se ha propuesto, por una parte, desmentir
Y, por otro lado, precisa, celebrar el fin de los 5 mil 125 días de la cuenta larga del calendario maya-tolteca, que se cumple en esta misma fecha, y el comienzo de un nuevo ciclo.la infinidad de absurdosque se atribuyen al calendario maya sobre el fin del mundo este 21 de diciembre de 2012.
Parte de esas actividades fue el memorable concierto que la noche del miércoles ofreció Philip Glass al lado de dos músicos wixárikas, de lo cual dio testimonio La Jornada en su edición de este jueves.
“Estamos aquí (en Real de Catorce) para celebrar el fin del B’aktun 13. Mi primera motivación para hacer este taller era decir que no es cierto que el mundo se va acabar ni que los mayas profetizaron algo así. Eso es un abuso de la realidad histórica y cultural de los pueblos de Mesoamérica”, destaca en entrevista.
La cultura indígena es tan rica y mágica que no necesitamos inventarle nada; el problema es que nadie se toma el tiempo para estudiar eso. No se trata de abrirse a esa información sólo con el cerebro, sino también con actos y experiencias uno puede conectarse con esas raíces profundas, de seres que no eran perfectos y tenían problemas, pero de cuyas peculiaridades podemos aprender mucho.
Con una bibliografía que ha sido traducida a 20 idiomas, Víctor Sánchez mantiene el convencimiento de que las comunidades indígenas
Lo anterior, explica,
Sin embargo, de acuerdo con el especialista,
A decir del escritor, es innegable que los mexicanos profesan cariño, admiración y curiosidad genuinos por las culturas y los pueblos originarios, como lo demuestra su interés de acudir a las zonas arqueológicas e incluso, al estar en ellas, tener la necesidad de subirse a una pirámide y levantar los brazos hacia el sol.
Eso es algo que
Frente a ese interés que en su opinión existe en el país por
nos dan ejemplo y nos sirven de inspiracióna quienes pertenecemos a la cultura occidentalizada.
Lo anterior, explica,
para empezar a buscar nuestra propia manera de estar en el mundo, respetando y conectado ciertos aspectos de la vida que en la modernidad y la globalización nos hacen mucha falta, como el respeto y el amor por las fuerzas de la naturaleza.
Sin embargo, de acuerdo con el especialista,
existe cierta superficialidaden la manera como se han abordado en el país los temas indígenas, y no sólo eso, sino que no se ha encontrado el punto medio para tratarlos.
Si uno quiere aprender de las comunidades indígenas, ¿qué podemos hacer? La mayor parte de la gente los ignora o hasta los discrimina, pero también están los que los idealizan y tratan de imitarlos, cuando esto último es absurdo, porque tenemos culturas diferentes.
A decir del escritor, es innegable que los mexicanos profesan cariño, admiración y curiosidad genuinos por las culturas y los pueblos originarios, como lo demuestra su interés de acudir a las zonas arqueológicas e incluso, al estar en ellas, tener la necesidad de subirse a una pirámide y levantar los brazos hacia el sol.
Eso es algo que
el mundo académico ve como tonterías, pero ¿por qué no dicen nada de las personas que van a ceremonias a templos religiosos católicos? Creo que eso es un gran acto de discriminación contra la curiosidad que el mexicano siente hacia sus patrimonios cultural y espiritual.
Frente a ese interés que en su opinión existe en el país por
conectarse con el México profundo, Víctor Sánchez lamenta que, en términos generales, prevalezcan sólo dos opciones. Una es la académica, orientada a hablarle a los propios académicos y no a la gente; y la otra es el new age, que
inventa una cantidad inimaginable de tonterías, critica.
Y en medio de esos dos ámbitos está la realidad; justo en ese terreno es en el cual me desarrollo. Lo que pasa en el México profundo es maravilloso, no obstante las cosas terribles que hay en él, como la pobreza extrema; tenemos mucho que aprender de él, concluye.
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