La Chinaca
Renace en edición facsimilar el periódico liberal publicado hace 150 años
Patricia Galeana*
Periódico La Jornada
Sábado 5 de mayo de 2012, p. 40
Sábado 5 de mayo de 2012, p. 40
Hace 150 años se publicó el periódico La Chinaca,
El alma de La Chinaca fue Guillermo Prieto, el poeta más popular, el de La musa callejera y del Romancero nacional, el Fidel de don Simplicio y de la correspondencia con el Nigromante, el de las Memorias de mis tiempos y de las Lecciones de historia patria. El legislador liberal y el ministro de Hacienda juarista.escrito única y exclusivamente para el pueblopor un puñado de intelectuales patriotas. Hoy, a sugerencia de la doctora Clementina Díaz y de Ovando, el Senado de la República publicó su edición facsimilar. Lamentablemente doña Clemen ya no está con nosotros. Se sentiría satisfecha de haber contribuido a difundir los textos escritos del 16 de abril de 1862 al 8 de mayo de 1863, en defensa de la independencia y soberanía de México.
Prieto, junto con José María Iglesias y Manuel Payno, habían escrito los
Apuntes para la Guerra con Estados Unidosy no querían ver desangrada otra vez su patria, sin que sus hijos lucharan por defenderla.
Iglesias fue autor de las Revistas Históricas sobre la intervención francesa, órgano informativo del gobierno constitucional juarista, cuyo admirable manejo de la política internacional fue destacado por el primer especialista en el tiempo eje de México, el maestro Martín Quirarte. Iglesias, coautor de La Chinaca, fue también el presidente legalista que se opondría al Plan de Tuxtepec de Porfirio Díaz.
Otro autor de La Chinaca fue Alfredo Chavero, el docto miembro de la Academia de la Lengua, director del Museo Nacional, autor de la Historia Antigua del México a través de los siglos.
El yerno del presidente Juárez, el poeta liberal cubano Pedro Santacilia, luchador por la independencia de su patria y también por la nuestra, fue coautor de La Chinaca.
Don Pepe Solórzano fue su redactor en jefe; también fueron editores responsables de varios números Pedro Schiaffino y Joaquín Alcalde.
El periódico tuvo como objetivo concientizar al pueblo del peligro que le amenazaba. La prensa era el contrapeso del púlpito, donde el clero llamaba a la población a recibir con guirnaldas a los franceses, como los salvadores de una religión que nadie perseguía. La Chinaca era de cuatro hojas, constaba de un editorial; de poemas, canciones y caricaturas.
Vicente Quirarte nos explica, en su estudio introductorio, que la voz
La prensa periódica es una fuente fundamental para la historiografía; hoy esto es reconocido por todos los profesionales de la historia, pero no era así cuando la doctora Clementina Díaz y de Ovando inició su estudio y abrió brecha en el conocimiento de la vida social y cultural del siglo XIX mexicano.
La Chinaca se publicaba dos veces por semana, valía un octavo de real y para los repartidores un real la docena; se vendían en la librería de José María Aguilar, en la calle de Santo Domingo, y se leía a voz en cuello en las esquinas.
No podemos concluir estas líneas sin compartir con ustedes algunos de los versos de presentación de La Chinaca:
Somos deatiro Chinaca
Escribimos en chinaco,…
No es nuestro ánimo lucrar,
sí decir nuestra opinión
Y con ella entusiasmar
a todita la nación
Para batir al gabacho
cierto no lo necesita…
Pero nunca está de más,
dar unas cuantas plumadas,
no cultas ni delicadas,
sino entusiastas no más
* Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
chinacaviene del náhuatl y significa desarrapado. Era el término despectivo con el que se llamaba a las guerrillas republicanas, que no tenían uniforme. Sin embargo, al calor de la lucha se convirtió en sinónimo de liberal y timbre de orgullo, contrario al anagrama del periódico conservador clerical, El Pájaro Verde, cuyo significado era Arde plebe roja.
La prensa periódica es una fuente fundamental para la historiografía; hoy esto es reconocido por todos los profesionales de la historia, pero no era así cuando la doctora Clementina Díaz y de Ovando inició su estudio y abrió brecha en el conocimiento de la vida social y cultural del siglo XIX mexicano.
La Chinaca se publicaba dos veces por semana, valía un octavo de real y para los repartidores un real la docena; se vendían en la librería de José María Aguilar, en la calle de Santo Domingo, y se leía a voz en cuello en las esquinas.
No podemos concluir estas líneas sin compartir con ustedes algunos de los versos de presentación de La Chinaca:
Somos deatiro Chinaca
Escribimos en chinaco,…
No es nuestro ánimo lucrar,
sí decir nuestra opinión
Y con ella entusiasmar
a todita la nación
Para batir al gabacho
cierto no lo necesita…
Pero nunca está de más,
dar unas cuantas plumadas,
no cultas ni delicadas,
sino entusiastas no más
* Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
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