romancero de la patriaLas musas callejeras de
Guillermo Prieto
CLARA G. GARCÍA
Imposible abordar en un ensayo todas las facetas del |
En 1890
don Guillermo tenía poco más de setenta años y había publicado una gran cantidad
de artículos costumbristas y poesías, participado en las luchas políticas de
décadas atrás, combatido las intervenciones extranjeras con los dardos de sus
versos y canciones, impulsado en reuniones, veladas y publicaciones la
producción de una literatura nacional, además de que había escrito sus memorias,
unas Lecciones de historia patria y libros de poesía, entre los que
destacan su Musa callejera y el primer volumen de sus Romances
históricos. Todo ello avalaba el reconocimiento como “el poeta más popular
de México” que le fue entregado por el diario La República con una
corona de hojas de plata, como a los grandes autores griegos.
En su larga y
honesta vida política no pueden dejar de recordarse acontecimientos como su
salida del país con el grupo liberal “por orden suprema” de Antonio López de
Santa Anna; su desempeño como ministro de Hacienda cuando las expropiaciones de
tierras a la Iglesia, durante la Reforma; su eficaz intervención para salvar la
vida a don Benito Juárez en ese famoso episodio de 1858 en Guadalajara, en el
que a punto del fusilamiento, don Guillermo cubrió con su cuerpo a Juárez y
gritó a los soldados conservadores encabezados por el coronel Antonio Landa:
“¡Los valientes no asesinan!”, lo que los obligó a bajar las armas; su
acompañamiento al gobierno republicano en su peregrinación hacia el norte del
país durante la invasión francesa, así como su rompimiento con Juárez debido a
su reelección.
No obstante la importancia de estos sucesos, en este ensayo
rescato la idea de “pueblo” en la obra poética de este gran autor, en particular
en sus Romances históricos.
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