Documenta que 13% de los trabajadores en el país perciben la remuneración básica
El salario mínimo debería ser de 6 mil 500 pesos mensuales, según estudio
En 1976, un obrero podía adquirir con su sueldo 75% más productos que en la actualidad
Patricia Muñoz Ríos
Periódico La Jornada
Lunes 5 de diciembre de 2011, p. 12
Lunes 5 de diciembre de 2011, p. 12
El salario mínimo actual en México equivale a la cuarta parte de este salario en 1976, es decir, hace tres décadas y media un obrero que percibía esta remuneración podía adquirir 75 por ciento más productos o servicios que en 2011.
Un informe del Observatorio del Salario, de la Universidad Iberoamericana campus Puebla, titulado Cálculo del salario México, de acuerdo con la Constitución Mexicana, apunta lo anterior y señala que el salario mínimo tendría que ser de 6 mil 500 pesos mensuales y no los poco más de mil 700 pesos al mes aceptados en la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), para que pudieran cumplirse los preceptos legales para los que fue creada esta remuneración.También contradice esta investigación lo señalado por algunos abogados patronales y funcionarios en el sentido de que
muy pocos trabajadores en el país perciben los mínimos, ya que prácticamente 13 por ciento de la población ocupada en el país (que en total es de 37 millones de personas) gana un salario mínimo por día. Más de un salario mínimo y hasta dos lo perciben 22 por ciento de los trabajadores.
Otro 21 por ciento de la población que labora percibe hasta 3 salarios mínimos por día, y 17 por ciento, hasta 4 veces este salario. Detalla que prácticamente 10 por ciento de la población recibe mensualmente el equivalente a 5 o más mínimos.
En el otro extremo, 9 por ciento de los trabajadores no reciben ningún salario o prestación; únicamente se mantienen de propinas, comisiones, y demás.
El documento, elaborado por Miguel Santiago Reyes (coordinador) y los investigadores Juan Carlos Domínguez, Samuel Amador y Karina Tavera, indica que los salarios mínimos deberían ser considerados tema central en la agenda de la política pública en México. Indica que las bajas remuneraciones a los obreros tienen que ser objeto de análisis y decisión de la clase política y empresarial, pues
resolviendo el problema salarial se contribuiría a resolver el problema de justicia y equidad social, de productividad y competitividad.
La investigación también cuestiona si de verdad los patrones no pueden aumentar los salarios mínimos, toda vez que mientras la tendencia de la productividad en el país es a la alza –sobre todo desde 2000 a la fecha–, los salarios van a la baja.
Se indica que el salario mínimo ideal para cubrir las necesidades de alimentación de una familia tendría que ser de 220.63 pesos diarios (6 mil 600 pesos al mes) y no los 59.82, 58.13 y 56.70 pesos en que actualmente está fijada esta remuneración para las tres zonas económicas del país. Incluso asegura que si se tomaran en cuenta las necesidades de educación y recreación de la familia, el mínimo tendría que ser de 280 pesos diarios, lo que llevaría el monto a 8 mil 400 pesos.
De esta manera, según las estimaciones que presenta este informe, los mínimos actuales no alcanzan ni para que las familias de los trabajadores puedan comer. Mucho menos para cubrir otras necesidades o para los festejos.
Indica, por último, que hasta 1976 los salarios reales en el país tuvieron tendencia ascendente, pero de ese año a la fecha cambió esta situación y ahora tienen marcada tendencia descendente.
Se indica que el salario mínimo ideal para cubrir las necesidades de alimentación de una familia tendría que ser de 220.63 pesos diarios (6 mil 600 pesos al mes) y no los 59.82, 58.13 y 56.70 pesos en que actualmente está fijada esta remuneración para las tres zonas económicas del país. Incluso asegura que si se tomaran en cuenta las necesidades de educación y recreación de la familia, el mínimo tendría que ser de 280 pesos diarios, lo que llevaría el monto a 8 mil 400 pesos.
De esta manera, según las estimaciones que presenta este informe, los mínimos actuales no alcanzan ni para que las familias de los trabajadores puedan comer. Mucho menos para cubrir otras necesidades o para los festejos.
Indica, por último, que hasta 1976 los salarios reales en el país tuvieron tendencia ascendente, pero de ese año a la fecha cambió esta situación y ahora tienen marcada tendencia descendente.
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